domingo, 12 de noviembre de 2017

Madrigales

El madrigal, como género cancioneril (antes lo había sido poético) aparece en la década de 1520 en Italia como una respuesta a la necesidad de musicar los versos del poeta del siglo XIV Petrarca y de sus imitadores, como Tasso, Ariosto o Miguel Ángel, entre otros.

La inmensa popularidad de adquirió el Cancionero de este poeta en la primera mitad del siglo XVI obligó a los músicos a inventar un estilo de canción que pudiese transmitir la profunda pasión amorosa que emana de dicha obra. El resultado fue el madrigal, una forma musical compuesta para ser cantada por varias voces – entre tres y siete -, en principio sin acompañamiento, aunque en caso de faltar alguna de las voces ésta podía ser sustituida por un laúd. Así, el madrigal está relacionado con el nacimiento de la polifonía.
(Fuente: músicaantigua.com)

La cantante y compositora italiana Barbara Strozzi (1619-1677) es una de las figuras más interesantes de la música del siglo XVII italiano. Nace en Venecia el 6 de agosto de 1619. Strozzi contribuirá, en su calidad de libretista, al desarrollo de la ópera veneciana y sus textos serán musicados, entre otros, por Monteverdi, Sacrati o Manelli.

El canon de la música clásica occidental es parco en mujeres. Cuando estas aparecen, sin embargo, su obra lleva el sello inconfundible de las adelantadas a su tiempo. Adelantadas no solo como mujeres que se dedican profesionalmente a la música (entre otras actividades), sino como compositoras que introducen novedades estilísticas y que, en palabras de un amigo, suenan sorprendentemente actuales. Supongo que esa actualidad emana de la mirada personalísima con que aquellas precursoras se enfrentaron a sus contemporáneos, al tener que relacionarse en ambientes donde su presencia resultaba algo extraordinario, y me atrevo a suponer no que no era siempre bienvenida.

Por otra parte, al calificarlas de "actuales", quizá se estuviera refiriendo al hecho de que la obra de estas mujeres trasciende el tono preceptivo de las modas de la época, para situarse ya en claves románticas o postrománticas. Quiere esto decir que viajan en el tiempo más allá de las convenciones que les fueron contemporáneas en lo que a expresión de sentimientos se refiere. Dicho de otra manera, consiguieron hacer de la expresión de sentimientos algo propio, con un toque significativamente distinto al de sus compañeros hombres. Me pregunto, por ejemplo, cómo se relaciona una, siendo mujer, con los tópicos literarios del amor cortés. Qué sucede, a nivel artístico, cuando se está del otro lado de la donna angelicatta, de la amante fría y distante que maneja a su antojo el corazón del poeta, o del otro lado del reproche permanente que se le dirige a quien, por otra parte, se le considera poco más que un bello objeto al servicio de las fantasías del poeta correspondiente.

Esto, más o menos, es lo que puede suceder:





miércoles, 8 de noviembre de 2017

Rilke, la que liaste.

¿Cómo habré de retener mi alma
 para que no toque la tuya?
 ¿Quién querría hacerle eso?
¿Nació acaso la libertad para vetársela a las almas?
¿Son los otros la frontera de mi alma? ¿Desde cuándo?
¿Cómo habré de encaminarla
por encima de ti hacia otras cosas?
Que ella misma se encamine, mientras vuela
Ah, bien preferiría someterla a algo lejano,
¿como una cárcel de amor?
perdido en la tiniebla, en un paraje extraño, sosegado,
¿como un taxi a las seis de la mañana?
que no se estremeciese cuando tus entrañas se estremecen.
Pues va a tener razón Platón, que a un alma una diarrea tampoco le quita el sueño
Sin embargo, todo lo que nos toca a ti y a mí,
excepto la lotería
nos une como un arco de violín
o de flechas
que de dos cuerdas saca una única voz
(con lo que embriaga la polifonía)
¿En qué instrumento los dos estamos tensos?
¿Qué músico nos tiene entre sus manos?
¿Si la música es un alma inaprensible?


¡Oh, dulcísimo sueño!
 Holderlin, amigo, no nos quieren.













sábado, 4 de noviembre de 2017

calma

agua de rosas cualquier mañana
cara limpia y alma clara
mantas de lana
sabana al alba
lágrimas blancas
sarabanda lenta
luna llena
planta alta
calma llana
tela bordada
canción de cuna
soledad sana

auto de duda

¿ y si nunca estuviste?

¿y si te soñé solamente en una noche de cuatro años?


entre la realidad y yo siempre hay espacios en blanco
una se acostumbra a cualquier sombra
pudiendo ejercer la delicadeza
como espolvorear magia en la sopa

entre el amor y nosotros solía haber delirio
no sé hacerlo de otra forma
es demasiado importante
para apretarlo con corduras

es demasiado inconstante
para tomármelo en serio
demasiado tonto
para merecer tantos esfuerzos
me duele todo
el auto de duda

lo radical es cuidarnos
leña verde é todo fume





sabana

contra la miopía,
horizontes

contra el miedo,
poemas

contra el futuro,
alegría

gato con bata

cántame bajito
como si supieras
quiébrate la voz
y tócame toda

llévame las fantasías de paseo
suéltame otra vez el pelo
despiértame pronto

dime que no me quieres
recuerda mi nombre
olvídame entera
dame treguas
de siete leguas

viajes al anterior

encontré un alma
en el suelo

sin tiempo
ni argumentos
allí sola

pidiendo 
llorar a la carta
las ausencias
de ella misma

¿qué más quieres?
¿quieres más?











MAD PRIDE

Cuando a una persona le han pasado las cosas que me han pasado a mí, y en lugar de hundirse ha renombrado y resignificado la vulnerabilidad como fuerza, las sospechas que despierta son interminables. Que sospechen de mí es una anécdota comparado con todo lo demás, con todo lo que me ha tocado soportar precisamente por no sospechar de cómo se las gastaban ciertas personas o instituciones.  

Locofóbicos del mundo, que corra el aire, que no tengo el coño para farolillos.

Me da igual lo que se diga de mí, yo sé quien soy y las personas queridas lo saben también. Lo demás son expresiones del aburrimiento existencial que ahoga a los que no tienen ni puñetera idea de lo que es el cariño, que no lo reconocen ni aunque se lo sirvan en la mesa con vino caro y arroz de rebañar. Pues que coman sopa de sobre, o que no coman, o que se asfixien con sus propios pedos.

La primera en llamarme loca soy yo, y a mucha honra. Gracias a la locura he conocido a personas indescriptiblemente maravillosas, que siguen siendo amigas después de años, y mira que soy poco de fiar, qué cosas. Gracias a la locura agarré mi locura por los cuernos hasta dejar de mentirme a mí misma, lo cual constituye tal herramienta para la vida que no puede sino generar envidia a cualquier narcisita despistado, o despistada, y mira que hay de eso (No tenemos paz). Gracias a la locura pude adentrarme en locuras ajenas sin morir en el intento, y mira que algunas enseñaban los dientes, colaborando en la reducción del sufrimiento, en cierta medida, y siempre y cuando hubiese la mínima cooperación del otro lado. Gracias a la locura me he perdonado, he reconstruido mi dignidad, ha aumentado mi sentido del humor, me he vuelto perspicaz, lúcidamente consciente de mí, más cariñosa, más paciente, y me temo que mejor persona. Gracias a la locura he desalojado de mi persona uno de los miedos más grandes del ser humano, que es el miedo a volverse loco. Tantas bondades tiene la locura, que sinceramente compadezco a los sanos, porque sus miedos no son de este mundo.

La última locura de ida y vuelta fue el amor romántico.

Hola vida.

Buenas tardes de radio, en breve empezamos otro pedazo de programa de Radio Prometea, en la emisora resistente Cuac.fm. Contaremos con compañerxs de lucha del COPG
 (Colexio de Psicoloxía de Galicia), con quienes charlaremos sobre las próximas jornadas del 18 de noviembre. Esas de tanlindo título: "Mal de moitos, tarefa de todos".

"Psicotic calzaslargas"

                                               Así me llama. Me encanta.


"Estoy algo atascada en una relación adictiva y poco más, y por lo tanto muy dañina, desde hace varios años. Que no consigo salir, que da igual el veneno que reciba o que envíe de vuelta. Es agotador y destructivo. Y no consigo salir. A veces es el deseo, otras la compasión, otras la rabia, siempre hay disculpas para recaer. En ocasiones me siento fuerte y de buen humor, y creo tenerlo todo bajo control. Es mentira. No controlo. Es más fuerte que yo".

Así empezaba la entrada que iba a publicar, como un reconocimiento del problema que, dicen, es el primer paso para salir de él. Pero como va por días, y esta relación es tan cíclica como sus participantes, hoy no me importa demasiado.

No es para tanto. Hoy no.

Porque la vida sigue, y porque la exposición de Lita Cabellut me ha conmovido. La ONU insta a abandonar el modelo biologicista en salud mental, y algunas asociaciones de profesionales empiezan a sumarse. He conseguido, por fin, apuntarme a una academia para preparar en serio las oposiciones. Mis días están más llenos de amistad y proyectos que de malas sensaciones. Cada vez me siento más a gusto en el trabajo, y lo disfruto. De vez en cuando pinto algo, y aunque apenas tengo tiempo para eso, ni para seguir con la percusión, son actividades que reservo con ilusión para cuando llegue su momento.

Me cansa y me aburre la rabia contra mí de una persona a la que quiero mucho, sentimiento ligeramente raro. Pero su rabia no es de este mundo, y yo tampoco soy la culpable por sacudirme la parte que me toca a golpe de escritura. (Bueno, un poco quizás sí, pero sin exagerar). Cualquiera que me lea desde hace tiempo sabe que lo quiero más de lo que sería justo dado el panorama, que si escribo en clave de parodia punkfeminista es solo para poner límites y reencontrarme cuando esa rabia me salpica. Casi parece que me ofrezco de frontón para su pelotera, hasta ese punto le tengo cariño. No suelo ir de víctima tampoco, asumo mi parte y apechugo con las consecuencias. El precio de la libertad siempre fue alto, más para las mujeres, más aún para las mujeres feministas. Y ya no digamos feministas locas (conceptos que han llegado a ser sinónimos):

No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente, Virginia Woolf

Lo personal es político, Kate Miller

La culpa es la mejor arma de tortura contra las mujeres, Elena Poniatowska

Pero las feministas ya no creemos en la culpa, ni en la reputación. El precio de la libertad es alto, pero su sabor lo es más aún. Si es que vamos provocando...


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Rajmáninov y la lluvia

Bajo la lluvia pero a salvo dentro de casa, observo a través de la ventana el lento desplazamiento de nubarrones grises sobre un cielo color blanco sucio, pero también brillante. Se mueven de derecha a izquierda, arrastrándose sobre hileras de pinos oscuros, dándole a la tarde un toque gótico estupendo para estrenar noviembre.

(Rajmaninov, pretérito imperfecto)

Supongo que cuidarme también es enfrentarme a mis recuerdos hasta que dejen de hacerme daño. Ser consciente de que la ternura se termina donde empieza la censura y el desplante. De que todo el genio musical del mundo es nada comparado con una vida libre de violencia psicológica. Sin falsas expectativas, sin montañas rusas emocionales, sin reproches en ninguna dirección, sin ilusiones ni decepciones, sin silencios hirientes, sin rabia propia ni ajena, sin insomnio, sin fantasías. Sin locofobia ni misoginia. Bienvenido aburrimiento si es por ausencia de dolor.

Por mí que se queden solos los que no quieren estar con nadie. Por mí que se les llenen las noches de telarañas y silencios espectrales. Por mí que teman el devenir del mundo que más se parezca a lo que han sembrado. Por mí que lleguen a tiempo para desandar todos sus caminos y tenderse la mano a sí mismos, si acaso descubren a tiempo que no somos nada si no hay nadie con quien compartir lo que somos.