viernes, 7 de octubre de 2016

Tu sonrisa ilumina mi casa

 Mi casa es el estado mental en el que vivo desde que me sonríes por todas partes, con esa tontería capaz de borrar toda oscuridad pasada. Me ciegan un poco mis propias palabras desconocidas, hechas del cariño que regalas con la generosidad de quien sabe que la abundancia se reproduce a sí misma. Eres como el agua, y así quiero verte siempre, manantial de fuente clara. Si fuera poeta, quisiera llenar esta página de palabras acuáticas, bailando en el tintineo húmedo de tus ojos alegres. Y si fuera bruja, desharía con gusto todo hechizo de amor, para que fuese la libertad la única magia en la que vale la pena creer.

lunes, 29 de agosto de 2016

Mapas locos

Cartografías del sufrimiento, rutas del estar bien, rutas del estar mal. Cada persona tiene sus paisajes mentales, sus caminos, sus pantanos, sus montañas, sus playas escondidas. (La cartografía nos libra de la ontología) Hay quien no conoce sus mapas, porque no conoce sus territorios. Aquí comparto algunos de mis paisajes:

Pozos:
- Paranoias emocionales
- Relaciones virtuales que nunca ven la luz del día
- Fantasías románticas
- Malas borracheras, peores resacas
- Relaciones que son autolesiones

Playas:
- Amistad
- Música
- Activismo
- Risas
- Cuidarme y cuidar
- Placer
- Viajes
- Caminar
- Leer
- Ir a la playa
- ...incluso trabajar....



jueves, 25 de agosto de 2016

Paranoias emocionales (II)

La paranoia emocional consiste, básicamente, en que una emoción concreta, la que sea, condicione todos tus puntos de vista en relación a un asunto, y se convierta en filtro único a través del cual enfocarlo.

La paranoia emocional puede durar minutos, horas, días... o años

La paranoia emocional campa a sus anchas en las relaciones afectivas con algún componente de conflicto, o en las cuales la comunicación no es muy fluida

La paranoia emocional es reduccionista por naturaleza, nos distrae de la complejidad y nos arrastra hacia la idea de reducir la relación con una persona en concreto a esa emoción sobredimensionada.

Una paranoia emocional que no se detecta y se mantiene en el tiempo puede hacer estragos cualquier relación.

Salir de la paranoia emocional implica:
-Reconocer la emoción que nos ha colonizado.
-Reconocer que esa emoción nos ha colonizado el pensamiento de forma exagerada, irreal, paranoica. -Devolverle al conflicto, situación, etc, su complejidad: ponerlo en contexto (contexto amplio, temporal, que incluya las diferentes veces en que se ha tenido esa misma paranoia emocional, porque suelen ser recurrentes)
- Ponernos en contexto a nosotras mismas: Cómo actuamos en general, más allá de ese conflicto concreto, cómo son nuestras otras relaciones. Qué otras emociones nos dan contrapunto, qué otras relaciones nos dan equilibrio.
- Ponerle palabras a la paranoia, sacarla fuera, explicarse.
- Descansar las emociones vinculadas a esa relación, ya sea mediante distancia física, psicológica, o ambas.
- Centrarse en otras relaciones, y en otras actividades
- Retomar el tema después del descanso, ya con perspectiva, y sin paranoia. Tatuarlo mentalmente para prevenir su repetición

Un asunto importante relacionado con este es el de la memoria emocional. Es como el vaso medio lleno o medio vacío, pero aplicado a los recuerdos. Hay personas que tienen memoria emocional negativa, tienden a fijar las emociones negativas de las relaciones. De forma que su estado natural es la desconfianza. Las personas que fijan las emociones positivas o bonitas más que las negativas, se arriesgan a ser muy comprensivas en lo que a agravios se refiere. Pero si los agravios están ahí, quizá salten de repente, en forma de paranoia emocional. Lo peor de la paranoia emocional es que provoque daños, del tipo que sea, a quien sea.

Seguimos investigando




martes, 23 de agosto de 2016

Solo sé que no sé nada

   El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un estar continuado, no un súbito arranque. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir. Qué es dar? Por simple que parezca la respuesta, está en realidad plena de ambigüedades y complejidades. El malentendido más común consiste en suponer que dar significa renunciar a algo, privarse de algo, sacrificarse. La persona cuyo carácter no se ha desarrollado más allá de la etapa correspondiente a la orientación receptiva, experimenta de esa manera el acto de dar. El carácter mercantil está dispuesto a dar, pero sólo a cambio de recibir; para él, dar sin recibir significa una estafa
                                                                            Erich Fromm, El arte de amar





Recordaré que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico.
No me avergonzaré de decir «no lo sé», ni dudaré en consultar a mis colegas de profesión cuando sean necesarias las habilidades de otro para la recuperación del paciente.

Intentaré prevenir la enfermedad siempre que pueda, pues la prevención es preferible a la curación.


Juramento hipocrático, versión de Luis Lasagna (fragmento)

miércoles, 10 de agosto de 2016

No recuerdo en qué momento tu alma tocó la mía

Y sin embargo se está construyendo, en torno a ese momento y sus consecuencias, un relato fantástico que podría grabarse a fuego en caso de alzheimer, si no se le adelanta el cáncer, o alguien conduciendo de forma temeraria, con tan poca responsabilidad como reflejos. Pero no entré hoy aquí para hablar de decadencia, sino todo lo contrario. Si cualquiera de nosotras vivese un amor digno de perdurar más allá de las fronteras de la memoria, lo cierto es que sería de todo menos decadente. Incluso obviando el hecho de que, el amor romántico, por definición histórica y filosófica, no puede ser ninguna otra cosa.

Así que rescatar de los escombros de la decadencia una relación que no parece sino producto de un sueño raro podría ser, en sí mismo, más romántico que la relación en sí. Perdón por el galimatías, de alguna forma nos entendemos. Volviendo sin rubor sobre el relato de lo romántico, y mezclando con cierta audacia postmodernidad con visillos (Virginia Wolf, amiga mía, pobre del que te reduzca a una loca suicida), volvía esta noche a casa comiendo un sandwich, comprado a deshoras en el único sitio abierto. Paseando tranquilamente a través de las calles desiertas, escribí mil giros para esta entrada que ahora va cogiendo forma. Tendría que dormir en lugar de encender el ordenador, pero si para algo sirven las vacaciones, es para olvidarse de los horarios. Calle tras calle, mi pluma interior, ahora teclado, iba cogiendo velocidad, saltando de Rilke a Judith Butler como si los visillos estuviesen decorados con graffitis, y la música zapatilla del último sitio en el que estuve me hubiese devuelto en serio a un lugar donde mis emociones se hubieran calmado a la vez, como un acontecimiento histórico. De sincretismo nada, me pasó de verdad.

Y entendí ese rollo de la inspiración, esa cosa inefable imposible de explicar según estándares de aprendizaje de rocambolescas leyes educativas. (Sigan sigan, aprendemos muchísimo). ¿Debussy son visillos decorados con graffitis? Ni idea, pero mucho mejor que el conductismo para garantizar un buen ambiente en clase. Ya que se entienda lo inefable, es mucho pedirle a cualquiera, con leyes rocambolescas o sin ellas. Estoy en la mitad de las vacaciones, luego una parte de mi cerebro empieza a conectarse con lo que viene. La base del aprendizaje es la emoción, ¿verdad? (Francisco Morao, neurólogo) En lo que a mí respecta, emocionalmente estudio muchísimo, un montón, a veces hasta me paso, así que estoy aprendiendo a desconectar. Muchas personas están en el punto contrario, y lo que necesitan es conectarse con las emociones, porque el mundo es injusto hasta en esto, y hay que quererlo igual, para quedarse a ver qué pasa en el acto siguiente. Igual que en un escenario, lo tuyo es puro teatro, lo mío y lo de cualquiera, porque no es verdad ni mentira, amigo Sancho, sino ficciones a la carta. Como aquella de que tenemos almas que se tocan, y ansiamos por encima de todo sujetarlas para impedir que la empatía radical nos nuble el entendimiento. Tú que te liberas con las metáforas, piensa en los otros...

Así que esta noche bebo yo por ti, mientras tú duermes de cine. Y mañana me voy a las montañas, con tanta alegría como necesidad, para que estés cómodo con tu distancia, pensando que las cosas me van demasiado bien.




No recuerdo en qué momento tu alma tocó la mía

Y sin embargo se está construyendo, en torno a ese momento y sus consecuencias, un relato fantástico que podría grabarse a fuego en caso de alzheimer, si no se le adelanta el cáncer, o alguien conduciendo de forma temeraria, con tan poca responsabilidad como reflejos. Pero no entré hoy aquí para hablar de decadencia, sino todo lo contrario. Si cualquiera de nosotras vivese un amor digno de perdurar más allá de las fronteras de la memoria, lo cierto es que sería de todo menos decadente. Incluso obviando el hecho de que, el amor romántico, por definición histórica y filosófica, no puede ser ninguna otra cosa.

Así que rescatar de los escombros de la decadencia una relación que no parece sino producto de un sueño raro podría ser, en sí mismo, más romántico que la relación que sí. Perdón por el galimatías, de alguna forma nos entendemos. Volviendo sin rubor sobre el relato de lo romántico, y mezclando con cierta audacia postmodernidad con visillos (Virginia Wolf, amiga mía, pobre del que te reduzca a una loca suicida), volvía esta noche a casa comiendo un sandwich, comprado a deshoras en el único sitio abierto. Paseando tranquilamente a través de las calles desiertas, escribí mil giros para esta entrada que ahora va cogiendo forma. Tendría que dormir en lugar de encender el ordenador, pero si para algo sirven las vacaciones, es para olvidarse de los horarios. Calle tras calle, mi pluma interior, ahora teclado, iba cogiendo velocidad, saltando de Rilke a Judith Butler como si los visillos estuviesen decorados con graffitis, y la música zapatilla del último sitio en el que estuve me hubiese devuelto en serio a un lugar donde mis emociones se hubieran calmado a la vez, como un acontecimiento histórico. De sincretismo nada, me pasó de verdad.

Y entendí ese rollo de la inspiración, esa cosa inefable imposible de explicar según estándares de aprendizaje de rocambolescas leyes educativas. (Sigan sigan, aprendemos muchísimo). ¿Debussy son visillos decorados con graffitis? Ni idea, pero mucho mejor que el conductismo para garantizar un buen ambiente en clase. Ya que se entienda lo inefable, es mucho pedirle a cualquiera, con leyes rocambolescas o sin ellas. Estoy en la mitad de las vacaciones, luego una parte de mi cerebro empieza a conectarse con lo que viene. La base del aprendizaje es la emoción, ¿verdad? (David Bueno, neurólogo) En lo que a mí respecta, emocionalmente estudio muchísimo, un montón, a veces hasta me paso, así que estoy aprendiendo a desconectar. Muchas personas están en el punto contrario, y lo que necesitan es conectarse con las emociones, porque el mundo es injusto hasta en esto, y hay que quererlo igual, para quedarse a ver qué pasa en el acto siguiente. Igual que en un escenario, lo tuyo es puro teatro, lo mío y lo de cualquiera, porque no es verdad ni mentira, amigo Sancho, sino ficciones a la carta. Como aquella de que tenemos almas que se tocan, y ansiamos por encima de todo sujetarlas para impedir que la empatía radical nos nuble el entendimiento. Tú que te liberas con las metáforas, piensa en los otros...

Así que esta noche bebo yo por ti, mientras tú duermes de cine. Y mañana me voy a las montañas, con tanta alegría como necesidad, para que estés cómodo con tu distancia, pensando que las cosas me van demasiado bien.




lunes, 8 de agosto de 2016

Sobre la depresión

Recientemente pasé la desagradable experiencia de una depresión. No fue estrictamente clínica, por la sencilla razón de que no me puse a tiro de ninguna persona diagnosticadora. Ya sabéis... para no empeorar las cosas. Era, como toda depresión, un malestar profundo y persistente con causas vitales muy concretas, y muy comprensibles. Pero el pasarlo mal no te lo quita nadie. Un año, si miro en perspectiva. Las ideas suicidas durante las navidades, la apatía, la fatiga física y psicológica, los pensamientos negativos y pesimistas, la autoestima por los suelos...

Mis recetas para salir:

- Hablarlo con amigas, compartir con ellas y ellos experiencias similares, y gracias a eso saber que era temporal, que no se iba a quedar conmigo para siempre.

- Eliminar tóxicos que pudieran ser agravantes: dejé de consumir café y reduje muchísimo el consumo de alcohol, casi limitado a cantidades moderadísimas de forma muy excepcional, y solo las pocas veces en que me sentía a gusto para hacerlo.

- Centrarme en el trabajo, como en otras ocasiones, por motivos diferentes, me había centrado en estudiar. Podría haber cogido una baja, y varias veces estuve a punto, pero me conformaba con algún día suelto para respirar un poco, coger fuerzas y seguir. El trabajo fue como un oasis, y la vitalidad de mis alumnxs, la mejor medicina. Mi médica de cabecera y yo estábamos de acuerdo en eso, y fue muy fácil, por lo tanto, entenderme con ella. Me alegró saber que no era muy partidaria de los antidepresivos. Me recetaba las benzodiazepinas (que yo mismo le pedía) para garantizar el sueño diario, y no intentaba colarme nada más. Debo decir en este punto una cosa importante, y es que tengo un trabajo que me gusta. Si no fuese así, la baja sería obligatoria. También es cierto que le omití la información más alarmante (como a casi todo el mundo, salvo algunas excepciones), que ahora puedo contar porque quedó muy atrás, temporal y anímicamente. 

- Hacia los últimos meses, cuando ya fui encontrando palabras para todo esto, empecé una libreta de autoterapìa. En ella anotaba, casi cada día, impresiones no muy largas sobre cómo había ido el día, en términos de autoestima, de mis relaciones con los demás, de crisis de llanto y sus causas concretas, de la cantidad de ansiedad que había sentido... al cabo de un tiempo, me di cuenta de una cosa, que luego me repetía a mi misma como un mantra, para no olvidarlo: que los días malos cada vez eran menos, y menos malos. Y aunque los días buenos no pasaban de regulares, por lo menos eran tranquilos. Los días buenos llegaron hacia final de curso, como un premio, justo a tiempo.

- Confundir los escasos momentos de euforia con alegría y esperanza, que una no es tonta y se cuenta la feria como se la quiere contar. Y si todo síntoma tiene una función, la de la euforia no es la de creerse que va a durar, sino la de usarla como descarga extra, para cargar la batería.

- Salir a caminar aunque no tuviese ganas, quedar con gente aunque no tuviese ganas, fueron esfuerzos casi cotidianos que hacía como quien traga un jarabe amargo, que luego no le resulta tan amargo cuando disfruta de sus efectos curativos, algo así...

A todxs las que estuvisteis, y seguís estando... GRACIAS!! OS QUIERO MUCHO!!



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sábado, 6 de agosto de 2016

Saldremos de esta


 "Todas las personas tenemos salud mental, y esta puede ir mejor, peor, o en una montaña rusa (...) Tenerla en cuenta únicamente cuando nos da problemas, da a entender que en el resto de circunstancias es un factor que no debemos atender y que la salud mental es un tema problemático en sí mismo" SDE (*)

"No predecir, sino estar atentos a lo desconocido que llama a la puerta"  Gilles Deleuze

"La cuestión es que una persona cercana está pasando una mala racha..." SDE

"Seamos honestos: si no nos descolocamos mutuamente entonces, ¿qué estamos haciendo?"
  Judith Butler

"Puedo considerar que la situación es culpa mía, o que se me queda grande. Quizás piense que todas las acciones que puedo emprender no van a funcionar. Puede que en realidad prefiera desentenderme y olvidarme, pero me sienta culpable por ello. Puede que la persona sea muy cercana, esté pasándolo realmente mal y tenga muchas ganas de "hacer algo" (...) Esta guía no trata de solucionar todas estas dudas, ya que, precisamente, ha sido escrita a raíz de ellas"  SDE

"¿Qué se puede hacer cuando no se puede hacer nada?" Simon Critchley

"Lo habitual es no saber actuar ante estas situaciones" SDE

"A veces se hace necesario un cambio en las reglas. Las reglas antiguas no solo dejan de funcionar, sino que ESTORBAN"  Robert Cabré, enfermero especialista en SSC


"Esto no es un protocolo. En salud mental no puede haber protocolos. Las situaciones  pueden ser extremadamente complicadas, con múltiples factores implicados que muchas veces ni siquiera conocemos y que probablemente no llegaremos a conocer" SDE

Tú que te liberas con las metáforas, piensa en los otros (los que han perdido el derecho a la palabra)
Mahmoud Darwich, poeta palestino




















  (*) El título de esta entrada es también el de una guía de salud mental para el entorno de la persona en crisis. Una guía que acaba de publicarse muy recientemente, editada conjuntamente por la página amiga primeravocal.org y la Biblioteca Social Hnos.Quero. Y de esa guía salen algunas de las citas que quiero reproducir a continuación (marcadas con las letras SDE). Otras, en cambio, han sido encontradas en el último libro de Clara Valverde: "De la necropolítica neoliberal a la empatía radical"

 

viernes, 5 de agosto de 2016

Fallaste, corazón

Erraste en el tiro como un arquero
desconcentrado por las pasiones más aburridas
Te quedas con tu orgullo, todito para ti.
Te pillé, me decías. Me pillaste, te cuento:

Me pillaste amando, como siempre
Me pillaste construyendo, cuestionando, riendo,
comprendiendo, llorando cuando hace falta
porque también hace falta
Ya me da igual a qué sabe tu olvido,
seguiré brindando con extrañas,
 hasta que sean mis amigas
esperemos que no haya testigos,
por si acaso te diera vergüenza

También tenía para ti
de todo. Pero no quieres

No quieres

martes, 2 de agosto de 2016

Improvisación

Había una vez un poema de amor
una casa en el cielo,
un jardín en el mar

Un verano corriendo
subiendo y bajando
volviendo a empezar

Había una vez un teclado
un maestro
un dolor

éramos nosotros...
no éramos nosotros...
eran las palabras arremolinadas
era una novela de una madriguera

Había una vez
una montaña sagrada
un refugio
un montón de palabras

una voluntad de hierro
un cuerpo con anemia
una nostalgia firme pero triste

Había una vez
un pez
fuera del agua

lunes, 18 de julio de 2016

Dedícame un poema...

Rachmaninoff y pitillos
cien mil grados a la sombra
tu versión más impaciente
mil y una noches de cuentos
de amor, humor y respeto

Mi versión cuentitativa
ahí va una oveja volando
otra saltando una nube
cuatrocientas rayitas azules

Tú eras malo y yo peor
tú eras bruja y yo era fuerte
cansados de navegar
en una piedra redonda

reinventando paranoias
(me sientas fatal)




miércoles, 15 de junio de 2016

Amistad


Abierta y delicada,
 como una hoja
de cerezo japonesa

Llena de luz y calma,
como la negra sombra
tomando el sol
a media tarde

Musical,
como la mirada
que me habla
tantas veces sin palabras

Alegre,
como tú














miércoles, 1 de junio de 2016

Pianísimo

Me han diagnosticado duelo, y me han recetado calma, y estar con gente buena. Sigo escrupulosamente los consejos terapéuticos. Si hay alguien bueno a quien esté viendo poco, que se manifieste, pero con calma. Ahora tengo tanto trabajo que prácticamente no me duele nada, lo cual es una suerte. En tres semanas empiezan las vacaciones, malo será que no llegue entera. Mientras tanto, una montaña de correcciones pendientes me miran insistentemente, parece que se celan de las que pasan a la otra montaña, las del circulito.

Me acompañan unos terribles problemas de concentración y de memoria, menos mal que también lo hace mi perseverancia habitual. Casi dejo las clases de música, sino fuera porque tocamos a Fela Kuti, y me trajo buenos recuerdos. La perseverancia tiene que fructificar también ahí. Y la paciencia, que es una virtud, ¡y un sustantivo!

Desayuno roiboos con pimienta, canela, genjibre, cardamomo...la casa huele a especias por las mañanas.

sábado, 28 de mayo de 2016

Las emociones imaginarias

Una se cansa de verse repetida, cíclicamente repetida, mensualmente repetida...

No es del todo cierto. Las hormonas son un equivalente natural de ciertos psicofármacos, que actúan incluso a nuestro pesar. Como ellos, producen estados alterados de conciencia cuya utilidad no siempre detectamos en tiempo real. Tales estados pueden incluir accidentados viajes en el territorio siempre confuso, y a veces inhóspito, de las emociones. El territorio del llanto, de la angustia, y de todas las paranoias emocionales relacionadas con sentirse sola, vacía, bloqueada, intratable...no hay que olvidar que es un estado alterado de conciencia, y que lo es para bien.

Últimamente he tenido dolores vitales importantes, principalmente duelos. Si el duelo fuese una ciudad en los mapas de mi locura particular, la avenida principal de tal ciudad sería el sentimiento de pérdida, por ser el más llamativo, recurrente y doloroso. De ahí al de abandono, hay una calle. Del abandono a la falta de autoestima, otra calle. De la falta de autoestima al enfado con una misma, una más, y ya si tanto callejero desemboca en que se vuelven difíciles las relaciones con los demás, la plaza central del pueblo se ilumina con la luz extraña y artificial de las emociones imaginarias. El conflicto es irreal, está solo en mi cabeza. Esa plaza central lo es de mi locura, y mi locura no es más que mi dolor expresándose. En la medida en que consiga hacerlo (y este es un lugar tan bueno como cualquier otro), podré ir a otras ciudades de mi mapa, podré incluso cambiarme de territorio.

Desde hace ya bastantes años, por ejemplo, no visito el territorio de la psicosis, ni de los delirios. Este blog me ayudó mucho, y ayudó también a otras personas, por lo que me han hecho saber. La psicosis o el delirio resultan más enigmáticos, graves e inconmensurables en comparación con otras formas de expresión del dolor emocional.

La tristeza es una silenciosa carrera de fondo, su ruido puede parecer de baja frecuencia, mitigarse, acolchonarse y camuflarse durante meses. La expresión de ese ruido también se alarga en el tiempo... mientras parece que vivimos, que nos pegamos "la vidorra", je. La euforia como contraste, tan querida para quienes somos, o estamos, emocionalmente inestables. En un duelo, la euforia es el respiro, siempre tan de agradecer... pero ha de entenderse en su contexto, como todo.

Pero volvamos a las hormonas. Son sabias, inoculan su dosis con una frecuencia lo suficientemente espaciada como para que se pùeda vivir entre una y otra, y lo suficientemente cercana en el tiempo como para que no olvidemos que tenemos dolores pendientes de trabajar. Según cómo nos hayamos portado entre una y otra, la siguiente viene como viene. He debido de portarme mal conmigo misma estas últimas semanas, porque me han dado un buen repaso, me han tenido callejeando por las emociones imaginarias unas cuantas horas. Con las hormonas hay que dialogar, la separación cuerpo-mente ya no se la creen ni los biologicistas. Tras la conversación de hoy, hemos llegado a la conclusión de que los fines de semana son la plaza del pueblo, y de que, siendo como es un pueblo pequeño donde nos conocemos todas, lo mejor es no pedir peras al olmo. Sería conveniente, ya que es tiempo de ocio, hacer pequeños viajes a lugares naturales en el mundo real o, en su defecto, buscar paisajes mentales fuera del pueblo: en los libros, en la buena compañía, en la pintura, en el cine, en la música, o incluso en el trabajo, si es que quedó algo pendiente. En cualquier caso, hacerse consciente de cuándo las emociones son imaginarias, y no tomarlas demasiado al pie de la letra. Si son metáforas, habrá que buscar la evocación antes que la literalidad, la poesía antes que el drama.

Lo que más cuesta es la impaciencia de esperar (desesperándose) una alegría que no termina de llegar aunque, como bien ha dicho hoy uno de mis mejores amigos: "está a la vuelta de la esquina".

miércoles, 25 de mayo de 2016

Jazmines, whisky y benzodiazepinas

Envío mi saludo,
que los cálices abre de las flores,
y que hace hablar a las palomas en las ramas, 
a un amigo distante que vive en mis entrañas
aunque mis ojos de verlo están privados

  Hermoso este saludo mediterráneo de la poetisa hispanoárabe Hafsa (s. XII). Dice un amigo mío, sereno y loco, que la pasión mediterránea... ¡es una cosa muy antigua!.
 
  En tiempos del sms:

 Borro de mi móvil la memoria de la oscuridad
 cierro los ojos y tapo los oídos a tu rabia
 (estoy demasiado cansada para comprenderla).
                             ...
 Vamos con un silencio del tamaño de tu tiempo.

 


 

lunes, 16 de mayo de 2016

Mad Pride: Es cultural

La perspectiva dominante dice que la ansiedad es una enfermedad, o más propiamente un síntoma.

La ansiedad es una forma de expresión. Lo que expresa es tan variado como las historias de las personas que la experimentan. La ansiedad es una reivindicación, una queja y una demanda en principio desprovista de palabras. La ansiedad es la expresión corporal radical de lo que no resulta fácil expresar con palabras. La dificultad de ponerle palabras tiene que ver con que aquello que intenta expresarse, de alguna forma no encuentra acomodo en los parámetros de la cultura dominante, en el lenguaje de la cultura dominante. La ansiedad desaparece en cuanto somos comprendidas.

Ser comprendida es estar con alguien con quien resulta fácil expresar esa queja, por fin, con palabras. A menudo esa persona tiene también sus formas particulares de expresión, lo que la capacita para crear el clima en el que puede decirse lo que antes parecía imposible. En esas circunstancias desaparece el bloqueo comunicativo que es, finalmente, lo que genera la ansiedad.

Muchas son las causas que pueden impedir la comunicación entre dos personas. Muchas de ellas son ideológicas, o más extensamente, culturales. Por ejemplo, los estereotipos de género pueden causar mucha ansiedad en las relaciones personales, tanto por acomodarse a ellos, como por intentar combatirlos. Ejemplos: una mujer tiene ansiedad, intenta expresarse mediante ella, intenta decirle algo a su pareja hombre, y ese hombre responde no a la ansiedad de su compañera, sino a un estereotipo de género, en concreto el de que las mujeres somos más dramáticas, más emocionales, más inestables. El estereotipo de género impide la comunicación, luego genera más ansiedad.

Las personas con quienes sí es posible la comunicación están acercándose a la cultura Mad, bien porque ellas mismas comparten esos referentes culturales, bien porque, aún no compartiéndolos, son permeables a ellos, son capaces de establecer un diálogo intercultural más allá de la lógica sano-enfermo, que no deja de ser una falsa dicotomía creada por quienes hacen negocio de tal división. Mientras los problemas de comunicación se sigan considerando un problema médico, seguirán creciendo hasta el infinito. Y la banca gana siempre.

Estoy de cumpleaños hoy. Día mundial contra el electroshock. Seguimos construyendo otras formas de comunicar, y estamos muy orgullosxs. El Mad Pride es cultural...y político!

sábado, 14 de mayo de 2016

Paranoias emocionales

Sí, lo reconozco. He estado un rato con el teléfono en la mano, incluso escribí un par de mensajes que borré enseguida, sin llegar a enviarlos. Así que es una ocasión como cualquier otra para hablar del mal que me aqueja últimamente: las paranoias emocionales. Precisa y concretamente ubicadas en el terreno de la sexoafectividad. Ya solamente ahí. Desde que no siento que me persiguen los servicios secretos, y de eso hace ya unos cuantos años, he llegado incluso a aburrirme del grado de normalidad mental que soy capaz de mostrar. Puedo hacerlo, y punto. Pero no me satisface lo más mínimo.  Me aburro muchísimo, de hecho. Pero como siempre quedan refugios entre la normalidad, el duelo y el estrés, ahora me da por las paranoias emocionales. Que no se diga que no desdramatizo. Escribo esto a modo de sucedáneo de invadir la intimidad de nadie con sms, toboganes y montañas rusas. Aquí por lo menos no se hace ruido. El ruido del siguiente sms, cuando estás en medio de una conversación "pasional", se convierte en el centro del mundo, y activa todo tipo de reflejos condicionados. Tiene bastante de conductista, lo que sinceramente me produce un horror indescriptible. Ese horror escribe por mí, me genera ansiedad y ya lo de menos es el contenido. El contenido es la oscuridad, su relato en radical sincronicidad, desgranado en capítulos fragmentarios, que además pitan.

Pero el contenido proporciona información sobre la oscuridad, en ambas direcciones. Es una forma ligeramente agresiva de conocerse, porque es una forma de confrontar las paranoias de una con las del otro. Se puede sobrevivir a esa confrontación, e incluso salir reforzada, también por ambas partes. Pero reforzada no es sinónimo de ilesa. Debo aclarar, siendo honesta, que suelo empezar yo. La idea es quedar, siempre. Alimenta esa idea el deseo de estar con la otra persona, es una motivación profundamente pasional. Pero ante esa motivación por mi parte, conviene no olvidar que tratamos con el Otro, y vaya por delante que el Otro de hoy es abstracto, una figura sin nombre, alguien que está al otro lado, y que probablemente no tenga una motivación tan clara como la mía, ni que por supuesto comparta tampoco, ni mi urgencia, ni mi disponibilidad. Pero hay cierta curiosidad, por la otra parte, de obtener esa información, sin comprometer su tiempo ni su disponibilidad futura. Lo contrario sería fácil y rápido: hoy no puedo, pero sí mañana, o el jueves, o cuando sea. Esto último sería un bálsamo para mi ansiedad. Pero aquí cada uno lleva su mochila cargada con sus propias historias, y de la misma manera que yo tengo esa tendencia, la otra persona puede tener la contraria. Así que voy a limitarme a intentar comprenderme a mí

La ansiedad sexoafectiva nace de la necesidad, culturalmente inducida en el caso de las mujeres, de sentirnos queridas y deseadas, y del miedo a no ser correspondidas. En mi caso, por las circunstancias personales de los últimos meses, se añade una necesidad bastante apremiante de sentirme cuidada. Se une además a ciertos traumas recientes donde eso no se ha dado en la medida en que lo necesitaba muchísimo. La autoestima queda tocada, y recomponerla, si bien no es imposible, lleva su tiempo. En las estructuras mentales con las que el patriarcado oprime a las mujeres, tener pareja es un "premio", y no tenerla, un "castigo". Por muy feminista que se quiera ser, en momentos vitales de especial vulnerabilidad, el patriarcado puede golpear muy fuerte. Por ejemplo durante un duelo de ruptura.

Durante un duelo de ruptura, lxs psicólogxs aconsejan tomarse un tiempo antes de comenzar una nueva relación. Por otro lado, la tradición refranera frivoliza con que un clavo quita a otro clavo. Como no visito psicólogxs, ni tengo especial reverencia a los refranes, me las apaño como puedo, entre el trabajo, la angustia de los fines de semana, y las fantasías con que las cosas podrían haber sido de otro modo si yo me encontrase un poquito más estable. Mis propios referentes como activista en estos tinglados apuntan en primer lugar a la necesidad de comprender qué mecanismos se activan, y cuándo, y sobre todo, qué estrategias podemos tener a mano para minimizar el sufrimiento.  En el caso de los mensajes: ¿por qué lo hago? ¿en qué circunstancias lo hago? Una vez comprendido lo anterior: ¿qué puedo hacer para no hacerlo?

Aquí una lista de descubrimientos recientes:

- Apoyarse en alguien que quiera y pueda ayudar, alguien que sea consciente del sufrimiento real que está generando, de que no es un capricho sino un problema de autocontrol, e incluso de extrañamiento de una misma, a su vez motivado por un problema de autoestima. Y es un gran momento para decir: gracias.

- Priorizar lo que causa malestar, no sea que estemos focalizando en el mal menor. De nuevo: gracias.

- Hacer un repaso de qué vacío estamos cubriendo con la paranoia emocional. Qué hacíamos antes en ese espacio mental, que evidentemente hemos dejado de hacer. En mi caso concreto, puede que ya no lea tanto, ni pinte, ni practique música, ni quede tan a menudo con personas a las que quiero. La pasión como enfermedad: quien lo probó lo sabe. Aún así, gracias.

- Recuperar la perspectiva: siempre hay un yo antes de eso. El problema es si, en ese antes, no sería todo incluso peor, con lo cual la paranoia emocional, o pasional, o como se quiera llamar, viene a traer un tipo de sufrimiento más llevadero, que permite relativizar los anteriores, o hacerles menos caso. Error, porque lo que se hace es canalizarlos en una única dirección, dándole a ese canal un peso y una intensidad desproporcionada. Sea como sea, el objetivo en todo caso es sufrir menos, o no sufrir, antes que plantearse que el sufrimiento es obligatorio, y que por lo tanto solo nos queda elegir entre una carta variada de ellos.

- Escribir sin descanso, hasta que lo que duele dentro pueda verse ahí afuera, y pueda así de alguna manera objetivarse. Es el mismo método que utilizaba con las otras paranoias, el que hizo nacer este blog. Si con las otras se pudo, con esta también se podrá.

- Salir a celebrar todo lo anterior. Esta tarde me invitan al Requiem de Verdi (¡gracias!), así que ya me veo llorando a mares, deshaciendo muchos nudos, y saliendo después a bailar. Bailar es siempre lo mejor. No por casualidad, estaba bailando muy poco.



viernes, 13 de mayo de 2016

Al pie de la montaña

 Son las doce de un viernes, fin de semana. Vuelvo a casa con un gusto de alegría recuperada, sorprendente por haber perdido la costumbre. Una reunión institucional que augura buenos tiempos, unas pizzas compartidas, una partida a los dardos, reencuentros, otras zonas de la ciudad. La montaña está en el campo visual, formando parte del paisaje mental, región central de los mapas de la locura.

Pero la montaña ya no es el territorio.

Me explico entera a cambio de amor del bueno, no de su simulacro. De momento soy capaz de distinguir la diferencia. Las locas molamos (cuando molamos) porque somos imprevisibles, exactamente por eso. Tener orgullo de la locura no es conocerse, sino dejarlo siempre pendiente, como una carrera de fondo que dura toda la vida. Lo que se pueda construir a partir de entonces tiene el sabor de los hallazgos inesperados, de las revoluciones emocionales (que pueden llegar a ser científicas, o políticas, si hay comunidad que las respalde), de los procesos que van más allá de meras anécdotas biográficas, incorporándose a los sueños de quienes se desconocen sin vergüenza. Nadie dijo que fuera fácil, y sin embargo, la luz que ahora ilumina este momento ni conoce la sombra ni la evita. 

Rosalía de Castro era punk!
 Nin me abandonarás ti nunca, negra sombra que me asombras.


Sin más

 A menos de media hora para las cuatro de la tarde, pareciera que va a llegar la noche en cualquier momento. El cielo está blanco, acumulando lluvia para llorárnosla encima toda la tarde. Buscando maneras de sobreponerme a semejante cataclismo, recuerdo de repente el maravilloso programa de Radio Kras, Vericuetos. "Los caminos menos transitados de la música". Siempre con sorpresas, serán ellas las que me lleven de un estado emocional a otro. Y me explico.

 Cantan unas muchachas entre folclóricas y punkis. Melancolía con irreverencia. Es perfecto. Allá al fondo de las muchachas, las guitarras se ponen aún más melancólicas, pretendiendo ser furiosas. No cuelan. Me trasladan ahora a un parvulario, con xilófonos y dibujos animados manga de los 80, del parvulario a las tardes de la EGB. Mi propio parvulario, el del vaso de leche por las tardes y aquel recuerdo más que inquietante. No puedo escribirlo, ni siquiera recordarlo con nitidez. Vámonos de aquí. La irreverencia sube de tono, mientras alguna otra muchacha desafina al más puro estilo experimental. No entiendo lo que canta,  puede que sea un idioma inventado, para decir lo que no puede decirse de ningún otro modo. Sólo mi ignorancia es mayor que mi pasión por la música.

 La voz de Pedro me devuelve a la realidad cuando pronuncia el título de la próxima canción que va a sonar: "Un beso en el desierto",  donde el explorador se perdió, no sé cuándo me fui, ni si me fui. Sólo sé que encontré una noche clara, clara como el día.... sin prisas cuánto tiempo caminamos...en el camino huellas en la arena...

 "El desván del macho" es el nombre del grupo que va a sonar ahora. Soy todo orejas: están asesinando tus sueños. La televisión no lo filma. Cambio de canción de nuevo: los siguientes somos nosotros...dispara tu odio ahora, ahora que es evidente...que el siguiente somos nosotros...tenemos gran facilidad para llenar los cubos con problemas...

 Cambio de párrafo para escuchar a Eduardo Suárez: "El viento frío" De frío nada, desde luego. En esta media hora se ha ido parte del cansancio milenario que me acompañó las últimas semanas. Ese esfuerzo casi místico para sostener las mañanas de trabajo, a costa de derrumbarme por las tardes, de una forma u otra. Diferentes maneras de derrumbarse: que el cuerpo se niegue a pasear, que el simulacro de comunicación sea una montaña rusa de sms, que se añore algún estado pasado de una misma que a duras penas puede recordarse, emocionalmente hablando. Lo que suena ahora pellizca con cariño todo lo que dormía, relegado a lo onírico por decidir perderme. Tengo una llamada pendiente.

 Ritual part 1: ¿Dejar de escribir para sentarme al cajón?

sábado, 7 de mayo de 2016

Posmodernidad emocional

Los artistas atormentados se alimentan de dolores, propios o ajenos. Mientras crean no ayudan a nadie, y cuando lo hacen, no es por su buena intención, sino por la sensibilidad de quien les escucha con el corazón abierto, con todo listo para encontrar espejos, para admirarles y permitirles que toquen su alma. Si están cerca, es para salir corriendo.

¿Cómo sujetar mi alma para que no roce la tuya?

Rilke lo sabía, incluso lo reconocía. Pero eso tampoco le sirvió para mirar a los humanos con más cariño que a su proceso de creación. Eso sí, le encantaban las flores, y los animales, en ellos veía lo Abierto, que era su añoranza. Su nostalgia y su melancolía perpetua. Manda huevos, nunca mejor dicho.

Mientras tanto, con arte o sin él, una se apaña como puede. Como ya nadie está estable, pues tú tampoco te lo exiges, faltaría más. Pero sufres por no estarlo, te rompes los cuernos intentando recordarte de otra forma, hasta quieres echarle la culpa a alguien. Echo de menos estar con mi abuela, la manera en que su mundo y el mío se encontraban. Nuestras conversaciones sobre feminismo. Feminismo de abuelas de la guerra civil. "Estas rapazas son tontas, enamóranse dos cartóns". Irme con ella de vacaciones al todo incluido, ponernos moradas de sandwich de queso al lado de la piscina. Me voy a hacer un vestido con uno suyo que le encantaba, un vestido de verano, lleno de margaritas amarillas, y puntitos blancos, con fondo negro. El día que lo estrene, me volveré sabia.

Sin mi abuela, algunos dias es como si no me quisiera nadie.
Duérmete, anda, que es tarde.




lunes, 11 de abril de 2016

Más poeta que meiga

Porque renuncié a mis poderes mágicos para hablarte al oído, ahora me salen las palabras, porque tú las escuchas. Ahora la realidad parece las vacaciones de la realidad. Me voy preparando para cuando te vayas, por si acaso.

Y así, sin rima ni cartón, ya no era yo ni mis circunstancias, sino palabras contra el monstruo. Música que aún no existe, y esperarte... un poquito... (sin miedo, ¿eh?) Porque no es cierto que vayas a venir de vacaciones a mi casa, ni que cesen mis dolores con tu amor. Eso, más que poesía, sería fanatismo.







 

lunes, 4 de abril de 2016

Una tarde cualquiera

 Una kora y un contrabajo. Enchufo los altavoces para dejarme mimar, pienso en mi verbo preferido: arrebujarse.

Sentirse a salvo haciéndose un ovillo en la cama, bien tapadita. Llorar, si se necesita, cualquier dolor. Pensar que voy a quedarme dormida muy pronto, y quizás soñar. Respetar la tristeza para recibir con los brazos abiertos la alegría, cuando por fin se anime a volver. Porque volverá, ¿verdad? La música dice que sí, que volverá a hacernos reír. Aunque vuelva a marcharse después.

Al fondo hay un recuerdo de ternura irrenunciable para quien sepa lo que es amor del bueno. Pero yo no me quería poner romántica, solo quería abrir todas las puertas para que el aire me hiciese temblar, yendo y viniendo. Hasta que cambió el viento, llegando el que era esquivo y desconsiderado, que no hacía temblar sino de frío. Siendo el mismo aire, cambiando solo la dirección. Algo está pasando con las corrientes, con el hielo, con las estaciones...algo pasa con los ciclos lunares, con sus complejidades, con sus sueños y solsticios. Un olvido milenario de la ternura, ahogada en el ruido de los juegos de horror-odio, rancios, repetidos, hirientes, mitológicos. Qué aburrimiento la mitología, por favor, ya se encargó el psicoanálisis de recrearla para gloria de los menhires de siempre, los de la aldea gala y la fuerza bruta, que si la pócima iba a servir solo para eso, haberse tomado una seta.


domingo, 3 de abril de 2016

Tres semanas

Tristeza

 Me gustaría estar alegre, pero es difícil. En mi río subterráneo, y no tanto, hay sucesos que murmuran constantemente que no es tiempo de alegría. Sin embargo, es primavera, y eso siempre tiene algo de bueno. Intentarlo todo sin exigirme nada, abierta a llorar o cansarme de forma (im)previsible. Tengo derecho a llorar y a cansarme, tiene todo el sentido. No tiene sentido, en cambio, pensar en las decepciones. Tienen que ver con las acciones de los otros, no conmigo. No puedo hacer nada frente a las acciones de los otros.

Ansiedad

Culpa. Futuro. Impaciencia. Expectativas. Frustraciones. Decepciones. Miedo. Rabia. Insatisfacción. Agravio. Negación. Pasado. Miedo. Autolesión. Ausencia de autoestima. Incomprensión. Autoexigencia. Miedo. Inmediatez. Enfado. Desgarro. Miedo. Inestabilidad. Vuelo fallido. Miedo. Compulsión. Miedo. Abandono. Miedo.

Miedo...mmm... ¿enfrentarlo?

Tres semanas sin ansiedad.
Tres semanas sin miedo.
Tres semanas...miau!


viernes, 1 de abril de 2016

Shock postraumático

Si pudiera planear, despacito sobre el abismo de todas las pérdidas....le pondría otro nombre a la vida. Sería ligera como una pluma de pájaro, podría visitar a las personas que se han ido. Podría no esperar nada de nadie, y seguir... "He perdido las ilusiones. Eso es que estoy creciendo", decía Orlando atravesando el tiempo, la literatura, el amor... "Vendrán otras nuevas" dice a continuación..

Siglo XIX, comienza el mito de las mujeres solas, "sin pareja", al tiempo que las casas se llenan de muebles, visillos y figuritas... ya no somos personas, sólo ángeles, ángeles del hogar. La época victoriana sigue haciéndonos vomitar. Pensar con amor y rabia que el punk no ha muerto.

¿Buda era punk?

Vivir poéticamente, cada segundo, una militancia como cualquier otra. Eso implica atravesar océanos de tiempo, para que me entiendas. He perdido la costumbre de nadar. El barquito de vapor está varado en medio de cualquier bosque, y lo mejor ahora es una cesta de picnic, con un gatito dentro. Un gatito de internet, una foto de un gatito, un gatito simbólico, metafórico, fotográfico, un gatito virtual. Debería ser pronto, el tiempo acompaña. Bonita palabra acompaña. Compañía para intentar entender, o dejar pasar aquello que es imposible. Es imposible llorar tan poco. Debe ser cosa del shock postraumático. Calla, boba, que vas a parecer una víctima.

Me ha gustado soñar durante la siesta. Voy a instaurar la siesta de los viernes por la tarde, un volver a empezar, una casa en el cielo, un jardín en el mar...cantaba Cesárea Évora. Mi abuela estará haciendo grandes amistades, ahora por ejemplo, podría estar hablando con Compay Segundo, y que él la sacase a bailar. Harían una preciosa pareja de baile. Yo he vuelto a bailar, no podría honrar a mi abuela si bailase poco, no me lo perdonaría nunca.

Sí, estoy atravesando un duelo, dos duelos, tres duelos, y no es ningún chiste. Los atravieso o los sobrevuelo, según se mire. Respiro muy hondo para no quedarme quieta y sentirlos todos juntos. Para no gritar ni correr, para no enfadarme. Camino por el cajón los viernes por la mañana, me peleo con los acentos y me infunde muchísimo respeto la bulería. Más adelante, propongo, más adelante. Retengo ejercicios del pentagrama en medio de la tormenta, más anclaje que vuelo, sin duda. Anclas son amores. Sí, necesito anclas más que vuelos.

Desayuno con más tiempo que nunca, con más tonterías que hacen que parezca que me cuido muchísimo. El pan de no se qué, el queso de no sé cuántos, el roiboos con leche vegetal. Las figuritas de mi desayuno, los visillos que adornan mi estómago, filtrando la luz. La víscera, la rabia, el pùñetazo, la hemorragia. Sangre Fucsia ;). Para que luego digas que no te hago caso. En mi cabeza paso la copla por el noise, y vete tú a saber qué es eso. Son las siete de la mañana y he bailado bastante, pero escribir es mejor todavía. Es el bálsamo y la música y el sueño, flotando como un velero.




sábado, 13 de febrero de 2016

Esquizoafectos

   Anclaje y vuelo, o cómo aprender música. Ahora empiezo a recordar qué sucedió. Pasaron varios días, pasaron muy rápido y todo era emoción. No ha pasado nada (¿?). El erotismo (platónico o no) y sus efectos sobre el aprendizaje emocional están, al mismo tiempo, sobre e infravalorados. La sobrevaloración nos satura a través de los mitos del amor romántico. Se infravalora, en cambio, lo que tiene de magia cotidiana para sentirnos despiertas, poéticas, aventureras. Independientemente de si es o no correspondido. Nosotras con nosotras. Nosotras con lxs demás. Las relaciones cotidianas se vuelven más luminosas, a modo de simpatiquísimo efecto secundario. Eso sí que es magia, carays. Cuando pasa eso, pasan tantísimas cosas...

   Pero no se puede estar siempre volando porque...pues porque el vuelo existe en la medida en que existe el suelo, y uno no existe sin el otro. El momento drama queen suele ser la señal para tomar tierra. Sigo estando tan orgullosa de haber aprendido a volar... Una amiga me dijo hace un tiempo que lo mío con la libertad no era normal. :) Si hay un amor que merece ser eterno, este es.

   Otra función del vuelo es el transporte interior. Llegar a un sitio desde otro, caminar por los mapas mentales, echarse una carrerita conceptual, escribir algún poema, invitar a alguien a viajar contigo. No soy adicta a volar, de hecho puedo permanecer en tierra bastante bastante tiempo. Pero a veces toca. Y no pasa nada.

   ¿Aprendimos a volar por haber sufrido? Y tanto que sí.

  ¿Podemos volar y tomar tierra ahora de otra forma, rescatando y valorando lo que ha salido bien, y desdramatizando lo demás?.

  Vuelito, gracias.






miércoles, 10 de febrero de 2016

Falsas treguas da sombra ( e veña)

Cando penso que te fuches, (e mira que te mandei marchar varias veces)
negra sombra que me asombras (e tanto, e con tanta forza)
ao pé dos meus cabezales (porque serás atrevida...)
tornas facéndome mofa (e ainda che río as gracias)
Cando imaxino que es ida (agora eu son a atrevida)
no mesmo sol te me mostras (e iso doeu, doeu moito, no sol tan bonitiño)

Maldigo a escritura (me desdigo do que maldigo, para iso maldigo eu)
que enlea os mellores afectos (como se fose tan doado)
Maldigo as miñas capacidades (me desdigo novamente)
para imaxinar diversos mundos afectivos (e ben imaxinados están)
e o cansancio do principio de realidade (bueno bueno...déixao estar, que se non imos mal)
Quero durmir ata que (ata que se poida, sempre)
o sono se farte de brincar conmigo (logo xa brincarei eu, non teñas medo)

viernes, 8 de enero de 2016

Dous mil quince, que che den.

Chove por dentro e por fora, máis por dentro chove caladiño, limpando as pálpebras. Cicatriza o ano pasado a ritmo lento, pero constante. Cicatrizan máis anos que un, e eu respiro con algo menos de carga. Ainda doen as redes sociais, sobrecargadas de estímulos e recordos de moitos anos. Ábrese de novo o tempo das lecturas, e aventuras. Ábrese unha semente pequena ainda que non haxa sol. Péchanse as feridas en carne aberta, e eu soño con ter sono, e durmir a noite enteira sen pastillas.

Soan músicas de lugares quentes, e eu quero bailar a noite toda. Mesmo que chova, eu quero bailar a noite toda para sacudir este mal ano, esta mala sombra, esta cantidade insoportable de despropósitos. Un cesto de tristuras, decepcións e froita fermentada, unha compostaxe da que ten que sair, por forza, unha selva exhuberante de leccións de vida e amizade. Aulas repletas de textos cos que pensar e pensarse de outro xeito, sen medo e sen ficcións desacougantes, sen esperar que ninguén responda abertamente a mundos novos que semellan realidade apenas en recantos agochados de persoas invisibles. Persoas ás que quero coñecer con toda a calma. Eu escoito música e descanso dun mal ano. O resto é tempo.

(non me recoñecía triste, non me recoñecía ninguén, pero a tristeza existe e doe moito)


sábado, 2 de enero de 2016

Conxuro dunha queimada

Farta de ter unha espiral no medio do cerebro,
Farta de esperar, e de desesperarme
Farta de voltar e voltar aonde menos é que eu gosto
Farta de aqueles de vos que non entendedes nada

esta noite conxuro o "eu me enfronto"
fágomo mirar por min mesma adentro moi adentro
coa cita da médica para moreas de pastillas ben abertas
a miña forma de entendelas, coma sempre
pastillas como sustitutas puntuais de apertas
pastillas para cando a noite sexa máis forte que eu
pastillas para cando quieras voltar e eu non permita
pastillas para olvidar tanto como te quixen agora que non te recoñezo

tamén me enfronto
con alivio de que a venganza non esté no meu repertorio
as persoas que me fixeron dano porque non souperon facer outra cousa
e quíxéronse volver odiosas
para non recoñecer cánto amor necesitaban

Enfróntome ás miñas necesidades de afecto non para negalas,
nen para facerme a forte ou finxir autosuficiencia
senón para elevar ben a cabeza por te-las, con orgullo

Enfronto a miña soidade con máis medos que certezas
e a miña tristura con cariños de gatos e persoas amigas
presentes e futuras
vou seguir facendo amigas o resto da miña vida
vou abrazalas e coidalas e decirlles que me poden chamar a cualquer hora
vou enfrontar a angustia tola de no creerme merecedora de amor
e ainda vou agradecer, a quen intentou que me angustiase, esta oportunidade de metela no conxuro

Enfronto os peores pensamentos coa razón do amor que os paraliza
enfronto a miña desaparición fantaseada coa compañía alegre de quen voltou do susto
e coa lembranza seria e consecuente das que non puideron voltar,
Enfronto danos a min mesma e subidas de tensión con momentos de erotismo inesperado,
con esa porta que abre sempre caixas de sorpresas

Enfronto a miña ansiedade e impaciencia ante os vínculos que empezan
con toda a alegría retranqueira da que ainda son capaz
Enfronto a falta de alegría con música e conxuros como este, de ahora en diante
Enfronto que non son poeta, senón meiga, cunha respiración ben diferente.