jueves, 27 de febrero de 2014

Semana meiga

Siempre que lo necesito, mi delirio preferido viene a echarme un cable, a conectarme, con esa extraña mezcla de dolor y electricidad que se transforma en otra cosa, en algo con lo que poder empezar a pensar en reconstruirse, y llorar bajito, acompañadxs. 



(- Y tú, ¿le temes a Chuky?
- ¡No!¡Yo no le temo a nadie! ¡Ni a Malamén!
- ¿Quién es Malamén?
- No lo sé, pero siempre que rezaba decíamos al final "Y líbranos del Malamén")

viernes, 7 de febrero de 2014

Joan García, compañero de Radio Nikosia, amigo, que este viaje te sea leve.

Cuando te conocí en el seminario de Lanzarote, hace más de dos años, ya no hablabas. Con palabras audibles, porque tuvimos conversaciones apasionantes con los ojos, con los gestos, con los papelitos... Ya estabas enfermo, y aún así, lo que más recuerdo es tu cara feliz en el coche, recorriendo la isla con el calorcito del sol. Y los abrazos que nos dimos, y la fuerza que me diste, y la pulsera que te pinté, y los emails...

Ahora estoy muy triste, quisiera verte, verte, verte, verte otra vez. Ya no voy a verte con los ojos abiertos, ni tocarte, pero sé que voy a verte muchas veces más, que vendrás a verme en cualquier momento, en cualquier situación. Unas veces me hará llorar, otras reír, y casi todas luchar, seguir tu ejemplo enorme.

Hoy brindamos por ti en Radio Prometea, y me faltaban las palabras.
El resto del tiempo que nos quede, va a ser todo el rato en tu memoria.
E imagino que estás conmigo en un bar, y que hablamos de locura y derechos humanos, hasta el amanecer.

jueves, 6 de febrero de 2014

De verdad te lo juro osea. (Lo empiezan a decir hasta en las revistas especializadas, fíjate)

Que sí... que de todas las personas que conozco con diagnósticos de TMG (lagarto, lagarto), están mejor las que no toman antipsicóticos.

Por varias razones:

- No sufren los efectos secundarios de los antipsicóticos, y es todo un descubrimiento volver a sentir un montón de cosas, a veces tan básicas y necesarias como reirse o tener un orgasmo
- No sufren ni han sufrido síndromes de abstinencia que les hayan provocado ingresos porque los han dejado poco a poco.
- No están desinformadas en relación a "lo suyo" porque precisamente han tomado esa decisión por estar bien y suficientemente informadas
- Son muy conscientes de que la suya es una decisión valiente, en contra del discurso machacón e interesado de la mayoría de psiquiatras, que no suelen estar por la labor de ayudar en ese proceso.
- Esa consciencia hace que se informen muy bien sobre alternativas si reaparecen los sintomas, y sobre  procesos y posibles efectos de la reducción, para adelantarse y tener recursos si aparecen.
- Tienen una buena red afectiva, de amigxs, familiares, que les acompaña y apoya en su decisión, que están cerca emocional y físicamente, y que se ofrecen a ser consultados, visitados, llamados, etc, en cualquier momento.
- Se cuidan más y mejor que cuando estaban medicadxs, precisamente porque ya no se fían de los profesionales, puesto que les negaron apoyo para empoderarse de esa forma.
- Es más habitual que estén en contacto con otras personas que pasan o pasaron procesos parecidos, reforzando las redes de ayuda mutua, el intercambio de información y el asociacionismo. Un ejemplo conocido, a nivel internacional, es la red Hearing Voices, actualmente en construcción por estas tierras.
- Se han perdido el miedo (Están deconstruyendo el autoestigma)
- Porque saben que recuperarse no es estar siempre bien (eso es una utopía para cualquier persona, con diagnóstico o sin él), sino tener conocimiento, confianza y apoyo para cuando se está mal.
- Porque ya han perdido demasiado tiempo de sus vidas drogadxs, y el que queda lo quieren aprovechar bien.
- Porque al dejar la medicación recuperan energía, y concentración, y otras capacidades que les hacen emprender proyectos vitales con ilusión, con ganas...y buena compañía.