sábado, 28 de julio de 2012

TMA (Trastorno por Miseria Acechante)

El TMA (Trastorno por Miseria Acechante) no aparece en ninguna de las ediciones del DSM, creo, y sin embargo se extiende como una epidemia a velocidad creciente. Es relativamente nueva su proliferación por estas zonas geográficas, en otros lugares del mundo, la epidemia hace tiempo que está descontrolada. Como síntomas podríamos detectar vacío en el estómago (simbólico, o directamente fisiológico) ansiedad, desilusión, falta de proyecto, de perspectivas futuras, insomnio, apatía, crisis psicóticas, ideas suicidas, o incluso impulsos violentos que se intentan dirigir hacia las causas de los mismos.

El tratamiento es complicado, la posibilidad de medicarse para no sentir(lo) está limitada por cuestiones económicas, aquello que lo provoca es lo mismo que impide acceder a los medicamentos que lo mantendrían, digamos, en un nivel neuroléptico aceptable, desde el punto de vista de la moderna psiquiatría.

Numerosas terapias alternativas se están ensayando, con mayor o menor éxito, en diferentes espacios extra-clínicos. El autocultivo de alimentos, de forma individual o cooperativa, es una de ellas, si bien está supeditada a la disponibilidad de tierra cultivable. Otra opción es la reutilización de residuos alimenticios, práctica muy extendida sobre todo en zonas urbanas, si bien está muy limitada por determinadas prácticas de las empresas que comercializan los alimentos, que sienten en esta reutilización una competencia desleal, por lo que se sabe que han llegado incluso a rociar con lejía y otros productos tóxicos los lugares donde depositan los residuos. Los comedores sociales, terapia habitual hasta la fecha en los denominados países desarrollados, están sufriendo numerosos recortes, que dificultan la satisfacción de la demanda de sus servicios terapéuticos, debido a su imparable aumento.

Los cuidados informales, prestados fundamentalmente por familiares, amigos y otros miembros de las redes sociales, suponen un alivio considerable a los síntomas, si bien están, de nuevo, muy condicionados, en concreto a que los propios familiares no experimenten, a su vez, síntoma similares.

Los expertos esperan recomendaciones de la OMS para hacer frente a esta epidemia.

jueves, 26 de julio de 2012

¿Ni de derechas ni de izquierdas?

"No somos ni de derechas ni de izquierdas" fue un lema muy famoso el año pasado. Fuera de que yo nunca lo entendí (creo que distingo claramente entre ambas, certeza que se afianza cuanto más leo), me vuelve a resonar últimamente a propósito del endurecimiento de la crisis. Supongo que sólo puede corear este lema quien no tenga la más mínima cultura política. Los de derechas lo son a sabiendas y sus motivos (léase intereses) están muy claros. Los de izquierdas se dividen y subdividen porque siempre quieren ser más de izquierdas que el de al lado, pero a pesar de las subdivisiones, o precisamente por ellas, siguen defendiendo valores muy diferentes a los otros.

Cosa bien distinta es esa indefinición llamada centro, moderación o cualquiera de sus otros nombres, que viene siendo una palanca flex, de corte habitualemente pragmático, oportunista y, por descontado, económicamente liberal, que van campeando para arrimar la sardina a la mejor brasa, según el ambiente de la barbacoa. Esos sí que se llenarán la boca con el lema que da título a la entrada, puesto que es su estrategia habitual de camuflaje y ocultamiento para poder brujulear a su antojo.(Los fascistas populistas también son mucho de ese rollo "apolítico", hasta que se quitan la careta)

¿Y qué es, para mi, ser de izquierdas?

- Defender los derechos de las personas por encima de los derechos del capital (si el sistema capitalista no sirve para defender estos derechos, entonces es que el sistema no sirve)
- Defender la libertad de expresión, de reunión, de comunicación, de emigración...
- Defender la igualdad de oportunidades
- Repudiar toda discriminación (sexismo, racismo, homofobia...) y todo ataque a la diversidad humana por cualquier motivo.
- Defender el derecho a una vida digna, donde no caben abusos, desigualdades, agresiones, o cualquier situación de miseria, (física o psicológica) contraria a la dignidad.
- Defender un concepto de economía solidaria, ética, equitativa, cooperativa, respetuosa con el medio ambiente y sostenible por las generaciones actuales y la venideras.
- Defender el trabajo digno al servicio de la vida, no la vida al servicio del trabajo.
- Defender el derecho a una educación libre, crítica, intercultural, universal, pública.
- Defender el derecho a la salud, íntegra, pública, que fomente el autocuidado y que no deje a nadie sin cuidar, ni coaccione a nadie en nombre de ella.

Quizá la izquierda clásica no siempre fue así, aunque tuviera algunos, o muchos de estos principios en sus idearios, pero desde luego, si de todo esto va a salir, en el mejor de los casos, una izquierda contemporánea y ecléctica, no merecerá para mi ese nombre si no ofrece todo lo que expongo. Si no aspira honestamente a estos principios, ni yo ni muchas otras personas la consideraremos izquierda, por más ropaje de cordero revolucionario que se ponga. En el peor de los casos, seguiremos igual de mal, siempre con la esperanza de empeorar a diferentes velocidades, según parrilla de salida en la barbacoa infernal que amenaza con quemarnos, vivos o muertos.

jueves, 19 de julio de 2012

Personas juntas en la calle

Dentro de un rato, bajo a la manifestación. Tengo curiosidad por ver esa unidad sindical y social de la que tanto hablan los medios de comunicación, tengo ganas de ver en el misma pancarta de cabecera logos tan distintos, desde sindicatos mayoritarios y tibios hasta otros mucho más modestos y en cambio más combativos, más radicales en sus planteamientos, radicales en el mejor de los sentidos. Dicen que hasta un sindicato de policías estará en dicha pancarta, supongo que vestidos de calle y desarmados, lo cual es un alivio, así para afrontar la tarde.

Espero encontrarme a tanta gente que no me de tiempo de saludarlos a todos, o sí, por qué no, toda la tarde repartiendo besos y abrazos. Un poco de ilusión de que se puede, aunque nunca se sepa lo que se quiere. Habitualmente estos grandes acontecimientos de despertar de la sociedad civil me pillan un poco flipada, o me hacen flipar, nunca se sabe si fue primero la gallina o el huevo. Hoy estoy despierta y atenta, supongo que intentaré hacer una crónica a posteriori.

Nos vemos en la calle.

martes, 17 de julio de 2012

Hechizos

Dice la wiki que "El hechizo es un acto mágico que pretende producir efectos sobre la realidad mediante procedimientos sobrenaturales"

Soy de las que pienso que la cultura ha modificado de tal forma la naturaleza, que para bien o para mal puede considerarse que está ya, en muchos aspectos, por encima de ella. Suena al eterno debate entre naturaleza y cultura, de forma que, en cierto sentido, los procedimientos sobrenaturales no serían sino aquellos que derivan de la cultura, cuando esta es capaz de producir cambios en la naturaleza...humana? Pues claro. La historia de la humanidad es la historia de su cultura, de su magia por tanto, de sus cambios, de sus avances (dejemos las oscuridades en su rincón oscuro). En la locura, en su mantenimiento o recuperación, la magia juega un importantísimo papel, más allá de explicaciones biologicistas, muchísimo más allá.

El hechizo que produce cambios imposibles de explicar desde el modelo biológicista incapacitante cronificante puede tener forma de amigos, de aficiones, de parejas, de proyectos, de viajes, de estudios, de descubrimientos, de deporte, de confidencias, de lo que queramos añadir. Todos ellos factores culturales, sociales si se quiere, elementos mágicos de cambios. Factor cultural también es el invento de todas las medicaciones, hechizantes también a su particular manera, capaces también de producir cambios, cuya cuenta final ventajas-desventajas debería ser asunto, prioritariamente, de quien las consume, por encima de otros actores que gravitan alrededor del loco cliente. La labor de un profesional psiquiatra, a la hora de expedir recetas de psicofármacos, debería consistir en informar honestamente de su funcionamiento, efectos positivos y negativos, y también alternativas a su consumo. Si un psiquiatra no es capaz de ofrecer alternativas al consumo de fármacos, habiéndolas, es que no es un buen hechicero, no consultó los suficientes libros de hechizos, se está quedando atrás en la formación permanente, y poca magia, o muy pobre en recursos, podrá hacer. No es honesto hechizar sin consentimiento, eso acostumbra a percibirse como mal de ojo (¿clínico?), y no se recibe con agrado ni provoca bienestar, más bien todo lo contrario, de forma que la rueda loca gira y gira sin parar, atrapada en un hechizo feo y con sensación de estafa, más mal de ojo y menos alegrías, si cabe.

Mis hechizos preferidos vienen de las personas a las que admiro, siempre. Personas amigas y compañeras, con las que hablo, y río, y lloro, con las que me siento bien, personas vivas y cercanas, o personas a las que no conocí, pero que me dejaron sus libros, su música, sus películas, sus teorías, sus aciertos o desconciertos, sus crónicas de viajes en cualquier caso. Todas maestras, todas mágicas.

martes, 10 de julio de 2012

Radio Prometea

En Septiembre, arranca Radio Prometea en Radio Cuac.Fm, la radio comunitaria de mi ciudad. Quiero pensar que Radio Prometea promete, sobre todo sorpresas. Para empezar, la sorpresa de reunir a unas cuantas personas que, con diagnóstico o sin él, están por la labor de no permitir que nadie sea discriminado ni excluido por tenerlo (o por no tenerlo, al paso que vamos, dentro de poco los no-locos serán un colectivo marginado y minoritario, que vendrán corriendo a hacerse las víctimas, acomplejados por llegar tarde a la fiesta de la reivindicación, pobres). Quizá ese sea, en principio, lo que tengamos en común, porque no tengo ni idea de nada más. Tengo una lista interminable de personas entrevistables, eso sí, y ya desde aquí os voy pidiendo permiso para cuando llegue el momento de la llamadita.

Noto, en general, que hay bastante descontento con el control que los psiquiatras ejercen sobre sus pacientes, con las intervenciones de "emergencia" y toda su parafernalia de policía y ataques a la dignidad de las personas diagnosticadas, como una historia que me contaron de un chaval que fue inyectado en plena calle, a la vista de todos los vecinos. Me resuena igualmente el control desproporcionado de las familias, de ese tipo de familias ingenuas, que creen a pies juntillas que tienen un hijo sin capacidades, y que piensan, ingenuamente también, que van a vivir eternamente para "protegerles", manteniéndoles alejados de toda actitud hacia la autonomía, y patologizándolos, incluso, cuando estas actitudes se producen. Familias que se lamentan, e incluso se avergüenzan, de tener un hij@ loc@, pero no hacen nada, o hacen todo lo contrario, para que las diferencias con los hijos de los demás sean menores, o cada vez más llevaderas.

Entre las personas ilusionadas con el proyecto, hay intereses tan diferentes que sólo puede salir bien, hay amantes de la música, de los cómics, de la literatura, de la tecnología, de la cerámica, de los viajes, de las causas sociales, de los animales, de las plantas, fans de las abuelas e incluso de las pastillas, hay de todo. La sensación de que está todo por hacer produce vértigo y adrenalina a partes iguales, hay quién necesita empuje, y hay quien necesita freno, esperamos poder ofrecer, y ofrecernos, todo esto y mucho más.

L@s compañer@s de Nikosia, cual faro de las ondas, se han ofrecido a darnos, y de hecho ya lo han dado, apoyo y consejo, cosa que desde aquí y desde ya les agradecemos, y para lo cual nos faltan tiempo y palabras, palabras para Almu, para Raúl, para Joan (un abrazo grande, amigo valiente), para Dolors y Xavi, para tod@s los demás.

Creo que podemos contar con una media docena de personas para empezar este viaje a la inmateria, a la tierra de la imaginación, donde están las rutas hacia lo que más nos gusta de nosotros mismos. Esperamos poder ampliar el mapa semana a semana, sin olvidar que el mapa no es el territorio, y que los dogmas son pésimos compañeros de cualquier viaje. Esperamos también que, leyendo esto, te entren ganas de viajar con nosotr@s, en ese caso, si vives en Galicia, déjame tu email en un comentario, para poder enviarte información más concreta.

Despegamos...

lunes, 9 de julio de 2012

Dentro del laberinto

Ayer me desperté con la metáfora del laberinto.

Delirar, puesto que no es más que tener que elegir entre opciones de interpretación de eso que llaman la realidad, se parece a entrar en un laberinto de caminos posibles. Las opciones estarían pintadas en las paredes, y es como recorrerlo leyendo tales pintadas, perdiéndose y desandando rutas a menudo. Pintadas espontáneas, ilegibles por veces, huellas de todo tipo de personas, informaciones y culturas anteriores. Pintadas que nos seducen, o nos preocupan, o nos iluminan con la fuerza de un clic o descubrimiento. Pintadas que convertimos instintivamente en símbolos, y es que el laberinto es un mito. Los mitos, ya se sabe, son cuentos mágico-pedagógicos que se transmiten de generación en generación, cuya función es aportar una explicación, metafóricamente, de cualquier aspecto humano. Luego siempre hay quien los toma al pie de la letra, tampoco lo recomiendo.

Lo que llaman curación consistiría entonces en dos cosas:

- Encontrar la salida, volviendo a una senda más transitada, más lineal, más segura en todo caso, pero con la memoria de haber estado ahí, y con la memoria también de la ruta de salida, no sea que toque volver a entrar.

- Aprender a vivir en el laberinto, montarte allí tu casa, tus planes, invitar a tus colegas a perderse un poco contigo, también. Si eliges esta opción, encontrarás canales de comunicación con el camino de fuera, hoy en día la comunicación no es ningún secreto, y las redes sociales acogen a todo tipo de refugiados, sea en modo virtual o físico, sólo hay que saber con quién juntarse. El hecho de encontrar personas que no te juzguen por una idea delirante es un principio de compañía y apoyo, probablemente sea también un paso en la búsqueda de la ruta de salida (por aquello de ver mundo, siempre gratificante para mentes inquietas).

jueves, 5 de julio de 2012

Derechos, ay, los derechos...

La visita de Almu estos últimos días me ha dejado el cerebro a cien por hora. Y aunque necesito un descanso que me estoy tomando desde ya, me da por descansar leyendo a Itziar Ziga y su rotundidad. Alguna que otra vez, a lo largo del libro Un zulo propio, más que recomendable, nos incluye a las locas como resistentes. Impactante el capítulo en el que habla de la anorexia como pretexto para el maltrato institucional y social, siempre en nombre de la salud, cómo no, hasta el moño estoy de la salud como pretexto. En nombre de la salud (¿mental?, ja)llevamos siglos soportando aberraciones, desde que las locas éramos como los ratones de laboratorio para diversos tipos de nazis hasta las actuales formas refinadas, y no tanto, de tortura, blancas como la bata que las porta. La bata blanca, como autoridad, autoriza secuestros, lesiones, inmovilizaciones, encierros físicos y químicos, la bata blanca se carga también, bastante a menudo, presunciones de inocencia, proyectos de vida, autonomías, autoestimas y autocuidados. También sé que hay buena gente bajo el impoluto blanco de la bata, buena gente que se moja por los pacientes y sus derechos, y no se limita a mantener su bata blanca reluciente, diagnosticando a diestro y siniestro, básicamente, lo que haga falta.

A este lado de la bata, o ya lejos de ella, las cosas se observan desde la subjetividad más tozuda, lo único que sirve como patrón de análisis y combate contra una de las objetividades más falsas que ha parido la ciencia. Estoy cabreada, y se nota, y tiene que notarse. Me leo el último editorial de Infocop, ese que se titula "Se cuestiona el modelo biologicista en salud mental", seguido de "La caída del imperialismo farmacológico en salud mental", "Frente al cerebrocentrismo, psicología sin complejos" y "Los fármacos antipsicóticos tras sesenta años de su descubrimiento: ¿Un hito histórico en el tratamiento de las psicosis?". Lo leo, lo difundo, lo comento con amigas, diagnosticadas o no, y una de ellas me dice "Ostras, y yo diez años comiendo pastillas para que me digan ahora que no se sabe si funcionan... es que es para que nos indemnicen" Y eso que ella todavía no tiene disquinesia, ni síndrome metabólico, ni diabetes, pero sí lagunas de memoria, disfunción sexual y ralentizamiento mental, en forma de dificultades para la concentración. Yo me acabo de sacar un máster con notazas, desafiando a la profecía de deterioro si dejaba las pastillas y seguía teniendo viajes delirantes.

No soy una activista antimedicación, soy una activista antipitorreo, antioscurantismo, anti-tratar-a-las-locas-como-si-fueran-gilipollas, y de todo eso me cabrea encontrarme más veces de las que me gustaría a personas medicadas a las que no les explican nada, ante las que hacen oídos sordos a sus peticiones de reducción de la medicación. Y todo este pitorreo en nombre de la salud, eufemismo de la seguridad ciudadana, como afirma sin complejos el magistrado Juan Antonio Xiol, en su más que recomendable libro de reciente publicación Autonomía del paciente, responsabilidad patrimonial y derechos fundamentales. Derechos, ay, los derechos.... me entero por Almu de que el 90% de las empresas de más de 50 trabajadores, obligadas por ley a contratar a personas con discapacidad, se la pasan por el forro. Me entero todos los días, cuando saco el tema, de que la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU,2006) suena como una leyenda urbana, por lo que resulta más que difícil explicar lo que yo creo que es claro como un manantial, a saber:

- Que la Convención equipara los derechos de todas las personas, con discapacidad o sin ella
- Que la convención equipara los derechos independientemente del tipo de discapacidad, sea física, psíquica, sensorial o mental

Dicho esto por millonésima vez, todavía hay quien fantasea con el TAI (tratamiento ambulatorio involuntario), todavía hay quien no sabe que el ingreso involuntario es inconstitucional (aunque de momento no es nulo),según sentencia 132/2010, al considerar que "el internamiento involuntario es una medida privativa de libertad que afecta de lleno al derecho a la libertad y a la seguridad reconocido en el art 17 de la Constitución Española y que, en consecuencia y conforme al art. 81.1 de la misma Constitución debe ser regulado por una ley orgánica, carácter del que carece la Ley de Enjuiciamiento civil" que lo regulaba hasta entonces (la misma ley que pretendía regular el TAI) Bueno, está claro que regular no implica, en principio, eliminar, pero también está claro que si se elabora una Ley Orgánica en torno a este asunto, en concreto una Ley Orgánica de protección de los derechos de las personas con discapacidad (como viene proponiendo Carlos Varela, fiscal general de Galicia), o mejor aún, y ya viene tocando, una Ley Orgánica de promoción de la Igualdad y la no discriminación de las personas con alguna discapacidad. Y si estos asuntos prosperan, (quizá cuando pase la crisis, ja), el punto de partida, el acuerdo de mínimos, es la Convención de la ONU. O eso, o nada.

A la luz de la Convención... ¿qué pintan los tratamientos forzosos, las unidades de psiquiatría cerradas, las contenciones mecánicas...o simplemente que te traten como si fueras gilipollas? Si alguien tiene argumentos a favor o en contra de lo que estoy contando, por favor pásate por los comentarios y dime algo.