viernes, 30 de diciembre de 2011

Otro argumento contra el TAI

Estos días en los que tengo mucho que estudiar, y mientras le robo horas para leer otros libros distintos de las asignaturas que estudio, me pregunto si, en caso de que a alguien se le ocurriera obligarme a tomar antipsicóticos, y la toma de estos antipsicóticos me impidiese concentrarme para estudiar, podría considerarse trato inhumano y degradante, o directamente vulneración de mis derechos más elementales. Creo que sí, puesto que me estarían negando el derecho a la formación, a la educación y a la búsqueda activa de empleo, además de sufrir los efectos secundarios físicos y psíquicos directamente derivados de la ingestión de estos fármacos.

Una vez más, no al TAI.

Modelos de Locura (Resumen primera parte)

La esquizofrenia es un constructo poco claro en su consistencia, menos claro aún en sus causas.

Agrupa síntomas demasiado diversos, y los agrupa casi aleatoriamente, de manera que dos personas con síntomas que no tienen nada en común pueden ser diagnosticadas de lo mismo. Esa falta de consistencia dificulta todos los estudios en torno a este supuesto diagnóstico, ya que resulta dudosa la validez y fiabilidad de todos los estudios sobre un fenómeno cuya descripción no está claramente formulada. Si la descripción del fenómeno está mal formulada, poca luz pueden arrojar todas las investigaciones que se basen en este error de base, error que resulta, desde un punto de vista científico, un claro fraude epistemológico. Sería un chiste sino fuese porque afecta a la salud de millones de personas, así como a la percepción que de ellas tiene la sociedad.

La práctica psiquiátrica en relación a este diagnóstico tan poco científico, a lo largo de los últimos cien años (desde que se acuñó, con tan poca fortuna, como no sea para la industria farmacéutica), abarca ciénagas éticas que van desde los "asesinatos terapéuticos masivos" (anteriores en el tiempo al holocausto nazi, y tristemente inspiradores), a los tratamientos psicofarmacológicos forzosos, pasando por esterilizaciones, terapias electroconvulsivas, campañas estigmatizadoras en los medios de comunicación, y campañas desestigmatizadoras, basadas estas últimas en el supuesto erróneo de que el "esquizofrénico no es violento (sólo) se toma la medicación"

La industria farmacéutica orienta toda su labor a un único fin en este ámbito de la "esquizofrenia", conseguir un número cada vez mayor de clientes de psicofármacos. La imprecisión del diagnóstico esquizofrenia, los tratamientos forzosos y, ahora más recientemente, los tratamientos "preventivos de la psicosis", prometen a esta industria un lucro sin límites, que sólo puede ser frenado por la toma de conciencia de los profesionales y asociaciones de usuarios y familiares de esta motivación tan poco terapéutica en realidad para las personas afectadas por cualquiera de los "síntomas " englobados bajo esta difusa etiqueta.

La percepción de la "esquizofrenia" como una enfermedad de origen biológico o genético, no sólo no contribuye en nada a la recuperación de estas personas, sino que la dificulta al suspender toda esperanza, toda implicación activa del sujeto en la comprensión y gestión de sus síntomas, y todo puente que la sociedad pueda tender en esta misma dirección.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Ciencias y letras

A los de letras parece que nos está vedada la comprensión de la ciencia, que sólo podemos relacionarnos con ella como legos admiradores acríticos de su complejidad. Esos palabros, esos experimentos, esas fórmulas indescifrables que ocultan los saberes del universo, las claves del bien y del mal, los misterios no aptos para profanos.

Y un cuerno.

Las letras sirven, entre otras cosas, para entender las palabras, para leer entre lineas, también en la divulgación científica, en la propia investigación. Palabras que rodean a la ciencia cuando esta se presenta en sociedad,(Ay, las ciencias sociales, esas hermanas pobres) palabras como sesgo, grupo control, validez, fiabilidad, anagramas de patrocinadores...

Quién elige qué, y por qué y cómo y para quién investigar.

Muy interesante siempre la lectura humanística de la literatura científica. ¿Literatura? Anda ya, quién les diera. Pero así le llaman, no me lo inventé yo.

Y la tecnología, ay, la tecnología, esos programas informáticos, esas fotos del cerebro, esos proyectos faraónicos de desciframiento del genoma humano, cuánta ciencia, cuánto capital humano para terminar con todos nuestros problemas, especialmente la alopecia, el adelgazamiento, las prótesis mamarias, esos insomnios metafísicos que nos separan de la felicidad completa.

Investiguen, investiguen, no se corten. Nosotros los legos permanecemos atentos a sus iluminaciones con la boca abierta, a algunos les caerá alguna baba por el esfuerzo, o el susto.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Modelos de locura

En mi casa siempre venía Papá Noel, por una cuestión práctica: llegaba antes que los otros tres, y así, podíamos disfrutar de sus regalos durante las vacaciones. Ahora, Papá Noel sigue trayendo los juguetes en tiempo de vacaciones. Vuelvo a ser estudiante, así que es perfecto. Los juguetes de este año prometen horas de reflexión, que es ahora mi juego preferido.

Sin embargo, la reflexión esta vez deja paso a la impulsividad, porque no puedo esperar a leerlo para hablaros de él: Modelos de locura (Ya sabéis. Read, Mosher y Bentall. Se publicó por primera vez en 2004, el año que murió Mosher, que ahora ya debe llevar unas cuantas juergas con R. Laing.)

Bueno, y también me trajo El cuerpo sin órganos. Presentación de Gilles Deleuze. José Luis Pardo, un filósofo hablando de otro.
Tienen mucha relación: El movimiento. Parece que van a hablar de lo mismo.

Hace falta fuerza para moverse del reduccionismo biologicista. Hace falta desplazarse por muchas fragmentaciones para poder hacerse una idea de conjunto. Tanto Pardo como los tres psicólogos saben de desplazamientos, y de fragmentaciones. Todos tienen que aceptar que se les fragmente cuando se mueven en direcciones distintas por territorios desterritorializados, por caleidoscopios identitarios a la medida del mundo. Luego hay quien se extraña de quien pierde la razón, de aquel o aquella a quien miran con extrañeza, sólo porque encarna la pérdida que nos acecha a todos los demás. Qué tan a menudo se piensa que quien pierde la razón pierde todo lo demás, cuando no es cierto. Pero al pensarlo, sí se le niega todo lo demás. Como aquel chico que, llevando varios días con los ojos cerrados, y ante la irracionalidad de tal extraña demencia (extraña por inclasificable, demencia por el mismo motivo)nadie le había preguntado por qué no abría los ojos. cuando alguien lo hizo, el chico abrió los ojos para responder. Su respuesta, cual si fuera de mi tierra, era una pregunta. "¿Por qué nadie me lo preguntó antes?", o algo parecido. ¿Quién era el irracional? ¿Quién alimentaba la extrañeza? ¿Puede una pastilla sustituir a una pregunta, simple, humana, necesaria como la razón más elemental, querido Watson? Hay todavía quien cree que sí, y así nos va.

Yo no me puedo quejar, que conste, a mi me hablan como siempre, por más volada que esté. Así es que intento corresponder, y nos entendemos. Durante los últimos años he pensado mucho en las claves para que me vaya bien, además de en las posibles causas de que, aún así, de vez en cuando me toque desterritorializarme, marcharme a la deriva de mí misma y delirar la historia, y los climas y los pueblos, como decía Deleuze. (Que quede entre nosotros, pero apuesto a que también viajaba lo suyo, el señor filósofo) "Leer a Deleuze es, en buena medida, hacer con él este recorrido experiemntal por el cual alcanzamos la capacidad de diagnosticar nuestro presente a fuerza de conectar con el movimiento que define la propia, irreductible y no siempre simpática novedad de nuestra época"

Bueno, de momento estoy con los prólogos, un par de páginas de cada uno, y esto promete. Va a ser lento porque me esperan unos exámenes dentro de pocos días, ya tengo las vacaciones organizadas, que dejan de serlo. Intentaré divertirme, que es para lo que sirve estudiar. (Antes servía para encontrar trabajo, según cuenta la leyenda, pero si me meto en fantasías pierdo la concentración. Motivación intrínseca creo que le llamáis algunos. Yo le llamo acostarme pronto con los libros cerca)

No me olvido del TAI ¿eh? Pero os dejo, de momento, con unas palabras de la contraportada, a modo de animación a la lectura:

"Modelos de locura aboga por una respuesta más humana y efectiva para el tratamiento de las personas gravemente afectadas por la psicosis. Por su planteamiento alternativo al tiempo que riguroso, se trata de una obra esencial para psiquiatras y psicólogos clínicos, para los profesionales y trabajadores de los servicios sociales y de salud mental, y para todos los estudiosos de la sociedad y la cultura."

domingo, 25 de diciembre de 2011

Rufus May (Madrid 11-11-2011 Jornadas Manantial Salud Mental)

Aquí os presento a Rufus May, un psicólogo clínico que sabe de lo que habla. Me encantaría tener una lista llena de psicólogos como él, me encantaría hacer pública esa lista y recomendársela a todos mis amigos sobremedicados, y a todas las personas cuyos miedos "misteriosos" les impiden incluso fiarse de los psicólogos. En tiempos de hablar del TAI, todavía hay muchas personas a las que escuchar antes de formarse una opinión, no sea que esa opinión esté más basada en la pereza de quedarse con lo malo conocido que en la vocación de ser buenos profesionales.


Feliz año nuevo

Un año nuevo sería aquel en el que no hubiese problemas viejos.
Eso sí que sería nuevo.
Sobre todo que no hubiese problemas.
Yo me apunto, a ver si me toca, ya que no me tocó la lotería.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Dormir, respirar, confiar.

Pues no sé qué más decirte, amiga. Que confío en tí, en tu capacidad para irte a buscar a donde sabes que puedes hacerlo. Que confío en que sabes que te llevamos puesta los días que haga falta, a cualquier hora. Que no me creo que no recuerdes quién eres tú, ni quién somos nosotros. Lo sé y punto, ya sé que no es fácil explicar por qué estoy tan segura, pero después de trescientas entradas a vueltas con lo mismo, pues algo se sabe ¿no? Que a ti te falten unos días para aterrizar pues una putada, qué te voy a contar que no sepas. Pero que vas a aterrizar y cuidarte muchísimo, sobre eso no tengo ninguna duda. Y ya de vuelta, por aquí estaremos, como siempre, para darle vueltas al mundo antes de que el mundo nos dé la vuelta a nosotros. No sabe con quién se las gasta, el mundo ese. De vuelta y media nos va a encontrar, si es que se atreve a buscarnos. Voy a soñar contigo, no te desconectes, por favor. Te quiero mucho.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Otro artículo contra el TAI

Otro artículo contra el Tratamiento Ambulatorio Involuntario, eufemismo políticamente correcto de MEDICACIÖN FORZOSA CONTRA LOS ENFERMOS MENTALES.

Además de persona diagnosticada de cosas que empiezan por "esquizo-", y entre otras cosas, me considero investigadora. Cierto que la fiabilidad y validez de mis estudios no son excesivemente altas en términos positivistas, desde el enfoque metodológico cuantitativo. La población estudiada se reduce a mi persona, y algunos amiguetes con quien he tenido el placer de charlar durante los últimos años. Pero si movemos un poco el enfoque, y si tenemos en cuenta que a las ciencias sociales (y creo que las ciencias que tratan del sufrimiento psíquico humano lo son)el positivismo, y ya no digamos el biologicismo, les acaba por quedar escaso, más pronto que tarde.

Así que desplazamos el enfoque y nos acercamos a métodos más cualitativos, subjetivos incluso, ya no es un crimen hablar de subjetividad en psicología. (Porque si no hablamos de subjetividad en psicología, ¿de qué pretendemos hablar?)Desde un punto de vista más cualitativo, se me ocurren cosas. Por ejemplo pensar en la cantidad de brotes-viajes-emergencias-desterritorializaciones, y los nombres que se os ocurran, que me tocó experiemntar durante los últimos diez años, así a bulto. De lo que aprendí con ellos, y sobre todo acerca de ellos. Que remiten, que se identifican con un poco de experiencia, que como mejor se pasan es con cariño y sin alarma. Que tienen sus días super duros y que en algunos de estos no me hubiera importado empastillarme un poquito sino fuese porque sé que la mayoría de psiquiatras no acaban de entender lo de un poquito (de cantidad, de tiempo...), y no apetece discutir con ellos, y menos en pleno viaje donde no me fío ni de mi madre.

A veces se aprende de la negación, de no saber nada excepto lo que no se quiere. Y yo no quiero la versión oficial, yo no quiero que me engañen diciéndome que lo que me pasa es crónico, y discapacitante, porque no es cierto. En mi caso no es cierto. Y si no es cierto en mi caso, puede no serlo en tropecientos casos más. Y si a mí me funciona este sistema, puede funcionarle a muchísimas personas más. Y si funciona en Finlandia, con el señor HAIKKULA y otros muchos que alguien irá poniendo en los comentarios, puede funcionar aquí. Y para eso hace falta investigación, y para investigar hace falta valor. Valor en la apuesta financiera, pero valor también en la apuesta epistemológica, valor en las connotaciones éticas de lo que se investiga, valor para afrontar riesgos y eliminar sufrimientos de la forma menos agresiva posible. ¿Qué sentido tiene cambiar un sufrimiento por otro? ¿Qué sentido tiene que se anuncie una medida como el TAI, supuestamente terapéutica, y a nosotros los diagnosticados se nos pongan los pelos como escarpias sólo de pensarlo? ¿Qué sentido tiene multiplicar el estrés para sufrimientos que precisamente se disparan con el estrés? ¿Puede ser el estrés de una medida violenta terapéutico? ¿Puede ser la violencia terapéutica?

El TAI no soluciona nada, excepto quizá las cuentas de las industrias farmacéuticas, que tampoco acaban de dar pena, por qué no decirlo. Desde luego a los destinatarios no nos arregla nada, como no sea despertarnos terrores suicidas para defendernos de la indeseable escena de que un día vengan a nuestra casa blandiendo una jeringuilla cargada y no sepamos, en medio de la psicosis, si vienen a matarnos o a convertirnos en mutantes, que para el caso, para algunos casos, es parecido. Dejando a un lado metáforas de pesadilla, que es lo que provoca la idea del TAI a fin de cuentas, entraríamos en el tema de los derechos.

Si os digo la verdad, no sé muy bien cuáles son las motivaciones de los organismos internacionales (ONU, por ejemplo)para que en el año 2006 hayan decidido que las personas con discapacidad somos tan personas como las otras. No sé por qué entonces y no antes, pero sé que ese año se redactó una Convención Internacional de los Derechos de las personas con Discapacidad, con carácter vinculante, que insta a los estados miembros a adoptar medidas en la dirección del empoderamiento, de la libertad de decisión, de la igualdad efectiva con el resto de personas. Una convención que supone un cambio de paradigma, del modelo médico-rehabilitador al modelo social, basado en la ciudadanía y su ejercicio pleno, basado en el reconocimiento de los derechos de estas personas en igualdad de condiciones que las demás. Vale que este tipo de textos a menudo se quedan, en casos particulares, en mera declaración de buenas intenciones, pero que posteriormente a su redacción y ratificación por parte de los Estados miembros se esté pensando en ignorarla por ley, mediante perversos argumentos que pretenden su violación disfrazada de terapia me parece un insulto a la dignidad de todas las personas para las que se redactó, personas para las que esta Convención supone un rayito de esperanza para tantos siglos de oscurantismo, paternalismo e institucionalización.

Seguiría escribiendo argumentos contra el TAI, pero me daría la sensación de repetirme. En realidad ya lo estoy haciendo, pero la pedagogía es disciplina lenta, que necesita de la técnica de la repetición para consolidar sus objetivos. Mi objetivo es que quede claro que el TAI no es una medida terapéutica, sino represiva. Represiva de estados mentales que no siempre son tan terribles como se ven desde fuera, pero también represiva de derechos y libertades, represiva de alternativas científicamente progresistas, represiva de los elementos mínimos de cualquier terapia que se precie de serlo, uno de los cuales, si no estoy mal informada, es la alianza terapéutica.

Aliarse contra el TAI es una buena alianza terapéutica.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Qué bonitos son los preámbulos

Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (Publ. en BOE el Martes, 2 de Agosto de 2011)


PREÁMBULO

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo fueron aprobados el 13 de diciembre de 2006 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Ambos son tratados internacionales que recogen los derechos de las personas con discapacidad, así como las obligaciones de los Estados Partes de promover, proteger y asegurar tales derechos.

Resultado de un largo proceso en el que participaron varios actores: Estados miembros y Observadores de la ONU, Cuerpos y organizaciones de especial relevancia de la ONU, incluido el Relator Especial sobre Discapacidad, Instituciones de derechos humanos nacionales, y Organizaciones no gubernamentales, entre las que tuvieron un papel destacado las organizaciones de personas con discapacidad y sus familias, muy señaladamente las españolas, esta Convención supone la consagración del cambio de paradigma del enfoque de las políticas sobre discapacidad. Supera definitivamente la perspectiva asistencial de la discapacidad para abordar una basada en los derechos humanos.

Se pasa así a considerar a las personas con discapacidad plenamente como sujetos titulares de derechos y no como meros objetos de tratamiento y protección social.
En este sentido, la Convención, situando de modo integral a las personas con discapacidad como sujetos de derecho, establece que sus demandas y necesidades deben ser cubiertas de forma que puedan alcanzar la igualdad de oportunidades con respecto al conjunto de los ciudadanos. Y, tomando en consideración la perspectiva de las capacidades diferenciadas y la diversidad funcional de una importante parte de la población mundial, que se estima en 650 millones de personas, un diez por ciento de los seres humanos, se pretende adicionalmente incorporar a la sociedad su talento y sus valores.

Para ello se establecen como principios generales el respeto a la dignidad inherente a la persona, la autonomía individual –incluida la libertad para tomar las propias decisiones–, la independencia de cada ser humano, la no discriminación, la participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad, la igualdad de oportunidades, el respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como manifestación de la diversidad y la condición humana.
La discapacidad queda configurada como la circunstancia personal y el ecosistema social resultante de la interacción del hecho diferencial de algunas personas con un entorno inadecuado por excluyente en tanto en cuanto que establecido según el parámetro de persona «normal». En ese sentido, una sociedad abierta e inclusiva ha de modificar tal entorno solidariamente para acoger a las personas con discapacidad como elementos enriquecedores que ensanchan la humanidad y le agregan valor y debe hacerlo tomando en consideración la propia intervención de las personas con capacidades diferenciadas. Para ello, adicionalmente, la Convención se constituye en el primer tratado internacional que regula la importancia de la participación de la sociedad civil.

España ratificó la Convención y su Protocolo Facultativo el 21 de abril de 2008, y entró en vigor el 3 de mayo de ese mismo año. A partir de este momento, y conforme a lo establecido en el apartado primero del artículo 96 de la Constitución Española de 1978, forma parte del ordenamiento interno, por lo que resulta necesaria la adaptación y modificación de diversas normas para hacer efectivos los derechos que la Convención recoge.

El texto constitucional, al regular en su artículo 49 la atención a las personas con discapacidad, se inspiró en el modelo médico o rehabilitador, predominante en el momento de su aprobación, el cual consideraba la discapacidad como un problema de la persona, causado directamente por una enfermedad, accidente o condición de su salud, que requiere asistencia médica y rehabilitadora, en forma de un tratamiento individualizado prestado por profesionales. La presente Ley, de acuerdo con la Convención, supera este modelo médico asumiendo la perspectiva social y de derechos y capacidades, que configura la discapacidad como un complejo conjunto de condiciones, muchas de las cuales están originadas o agravadas por el entorno social.

La modificación normativa objeto de la presente Ley encuentra su fundamento en el artículo 4 de la Convención, en virtud del cual los Estados Partes se comprometen a adoptar todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean pertinentes para asegurar el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad.

martes, 6 de diciembre de 2011

No sé si cortarme las venas o dejármelas largas

Tenemos circo de nuevo en el mundo legal de la salud mental, parece el estribillo de una canción, pero no lo es. Se trata de una nueva amenaza de implantar el Tratamiento Ambulatorio Involuntario, aprovechando que la Janssen saca la moda otoño-invierno en antipsicóticos. Para que la campaña del nuevo producto resultase impecable, sobre todo en cuanto a efectividad y garantía de mucha venta, se le ha ocurrido contar con un señor del tipo importante, un presidente de algo en esto de la psiquiatría, uno que manda bastante, resumiendo. Y bueno, el caso es que este señor ya salió en un par de periódicos anunciando a bombo y platillo la conveniencia de ir pensando en la medicación obligatoria (¿se refiere al nuevo producto, o a cualquiera de ellos?), para los enfermos muy graves. Ay, no sé, estas cosas siempre me dejan mal cuerpo, es que soy una quisquillosa con esto de los derechos humanos, las convenciones internacionales, la igualdad con los otros pacientes y la igualdad con su derecho a decidir. Pues entonces nada, que me he puesto a pensar en todo esto de los derechos y se me vino a la cabeza, ay qué tonta, mira tú qué cosas se me ocurren, pues que hace unos añitos había pasado algo parecido,¿no?, ¿te acuerdas? que sí, caray, si hablamos de eso un montón, con un anteproyecto de ley de esos que hay que votar que si sí que si no y que me parece que hablaba de lo mismo. En Cataluña, sería?, o en Alicante? que ya me lío, que mal tengo la memoria, mira que si me quieren medicar para la memoria, con lo que a mi me gusta olvidar...ay, señor, qué tiempos estos, todo son disgustos, caramba, que no hay día que no se levante una con la cabeza como un bombo, que si comer hoy, que si comer mañana, que si remendar la ropa para que aguante otro poquito,que si estudiar para ser alguien de provecho, como si no tuviera yo bastante con tanto lío ahora me tengo que preocupar con la liga del TAI, que si los jerónimos, que si los neuros, que si darle las gracias a antonio por sus ocurrencias, bueno, nada, cosas mías. A ver si me aprendo estos líos del ordenador para hacer las tablas esas tan monísimas de rellenar, gráficos me parece que le llaman, para ir viendo la progresión de las adicciones, no carays, adhesiones, ay, parece mentira que tenga tanto estudio en la cabeza pa qué, para liarme cuando me pongo nerviosa, y es lo que tiene estudiar, que luego no haces la o con un canuto con tanta abstracción, tantas humanidades y tantos viajes al espacio-tiempo.¡Coño!¡Claro! ¿y si me voy de viaje para adivinar el futuro? bueno, no sé, me viene fatal la verdad, pero maldigo con la boca pequeña a los aplastadores a sueldo de libertades ajenas, e invoco a las brujas herejes a levantarse una y mil veces contra los inquisidores de las calmas tan duramente conquistadas sobre sustos y sobresaltos y lo que nos queda, madre mía, lo que nos queda por aguantar hasta poder dormir tranquilas, a salvo de salvadores de tal calaña. Daba yo la mitad de mi reino, que no es mucho suponer, por ver cumplidos mis sueños de una nueva derrota del TAI, porque del lado de los adoradores de falsas soluciones fáciles estuviesen cuatro pringados venidos a más, frente a una enorme lista de usuarios, asociaciones y profesionales, juntos o mezclados, que dijesen NO de nuevo, alto y claro, y para que conste.

Comienza la función. Se ruega no permanecer en silencio.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Sobre mundos paralelos

Físicamente es todo igual, simbólicamente es todo distinto.
Es como ese anuncio antirracista: somos diferentes, somos iguales.

El truco está en saber que habitas varios mundos, y que tienes la capacidad de saberlo y elegir. Como un videojuego interactivo, eliges pantalla. Sabes que hay pantallas más peligrosas que otras. A veces la adicción al juego puede llevarte sin querer a subir y subir la intensidad de la pantalla, te has vuelto sólo juego y no atiendes a nada más. No lo recomiendo.

Invitar a jugar a otros, aunque no es fácil, tiene sus compensaciones. A fuerza de que los demás reconozcan su pizquita de locura, jugando contigo, puedes descargarte un poco. Es de buenas personas repartir su riqueza, tanto si lo que sobra es locura como lo contrario.

Además, ya está bien de que sólo a nosotros se nos exija continuamente conciencia de enfermedad. ¿No quedamos en que, en salud mental, si hay conciencia de enfermedad ya no hay enfermedad? Reconocer un delirio debería ser información suficiente para que el psiquiatra de turno reconociese que estás como una rosa. Reconozco que deliro, luego es imposible que efectivamente delire.

Volvamos al reparto de sensibilidades. Tanto si estás convencido del principio de realidad absoluta que rige todo lo que te rodea como de lo contrario, estás como una cabra, permíteme que te diga. En este caso, la moderación no ayuda mucho, pongamos que te situas en el comedido medio y optas por determinar que sólo la mitad de lo que te rodea es cierto, y la otra mitad no lo es. Sigues estando como una cabra.
Mi profe de filosofía dice que esto es la posmodernidad: donde esté un gran argumento, a la mierda con los grandes principios. Y lo dice con franco desprecio a la posmodernidad, pero lo dice.

John Cage dice otras cosas. No seré yo.