lunes, 28 de febrero de 2011

Miedos y dudas

Siento un poco de vértigo con esto de la radio, y al mismo tiempo estoy motivadísima. A lo mejor va demasiado rápido, o quizá le estoy dedicando tanto tiempo estos días, tanto espacio mental y conversacional, que le pongo yo misma un plus de ansiedad. Humm, ¿peligro, quizá? No lo parece, desde el momento en que la respuesta es tan buena que no indica otra cosa que la suma de urgencias parecidas a las mías, mezcla de ganas, dudas y necesidad. No pueden ir mal las cosas con tanta gente animada y animando, y menos mal pueden ir aún con el asesoramiento de lujo que tenemos desde Radio Nikosia.(MUCHAS GRACIAS UNA VEZ MÁS)

Lo que más está costando es explicar, por la novedad y el carácter fronterizo, esa flexibilidad identitaria que queremos promover, fuera del ámbito clínico. Por cierto, me es imposible acceder a la tesis doctoral de Martín Correa, el fundador de Radio Nikosia, cada vez que lo intento me da error en la conexión a internet. Si alguien la tiene en archivo y me la puede enviar, lo agradecería mucho.

Quizá esta dificultad para concretar una declaración de intenciones proviene de una consideración social falsa, pero muy extendida en el imaginario colectivo, de que cuando nos habita la locura nos deshabita todo lo demás. También de la consideración de cronicidad casi obligatoria según las descripciones oficiales de determinados trastornos, y del propio significado sobreentendido de esa cronicidad. ¿Qué pasa si mientras preparamos un programa de radio dejamos de sentirnos locos para sentirnos personas que preparan un programa de radio? ¿significa eso que ya, en tanto que no locos, no podemos hacer una radio de locos? ¿Qué es, para cada uno de nosotros, ser locos? ¿en qué lo notamos, en cualquier caso, más allá de lo que los manuales dicen de nosotros? ¿Qué decimos nosotros de nosotros?

Locos, enfermos, personas con diagnóstico psiquiátrico, víctimas de la psiquiatría, eslabones perdidos de la sociedad, diagnosticado de, etiquetado de ... ¿acaso hay lugar para la inocencia cuando se trata de elegir nombres, o de que elijan por nosotros? ¿Qué elegimos si nadie elige por nosotros? ¿qué quiero decir si me dan un micro? ¿seré entonces tan diferente de quién me escucha?

Vaya semanita.

domingo, 27 de febrero de 2011

La fuerza de lo comunitario

Esta semana, en el concierto de Kase (Uno de los raperos de Violadores del Verso), me encontré pensando, durante el mismo, que el hiphop me gusta por el ritmo, por cierta conciencia que expresa de la dureza de la vida, y de la necesidad de la autoestima para reforzar esa conciencia, o llevarla lo mejor posible. Pero se me queda corto en la herencia individualista, en el rollo norte-americanoide del palo que aguanta de su vela con poca o nula conciencia de la acción colectiva, más allá de mi novia o mis colegas más íntimos.

Contra las carencias de la cultura del hip hop, la universalidad de lo universable, la convicción de que más allá de mis pequeñas fronteras hay gente que siente parecido a mí, aunque todavía no los conozca personalmente a todos, aunque todavía deba recorrer caminos de ruptura de prejuicios e inercias para llegar a conocerlas.

Contra la inercia de las mayorías, la fuerza de las minorías. Y no hablo de minorías en un sentido identitario de lo políticamente correcto. Pero sí de minorías multitudinarias, desperdigadas, unidas por un sentimiento de lo queer, de darle la vuelta a lo que se vuelve contra nosotros para reivindicarlo como contrapartida. Si me llamas loco, voy a convertir lo loco en algo bueno, en algo creativo, disidente, en algo que rompa con la inercia de lo normal como esperable y previsible, en algo que te sorprenda por su fuerza y novedad, no porque yo tenga ansias de destacarme, pero sí de defenderme si alguien quiere hacer de lo loco un instrumento para relegarme, para hacerme menos. Ahí me vuelvo loca con uñas y dientes, con la cabeza alta y el corazón abierto para defender lo irracional de tu ataque con la inteligencia de mi diferencia.

Si te molesta mi visibilidad es que estabas cómodo con mi invisibilidad anterior, pero eso no es problema mío. Eres tú quien debe chequearse los parámetros de la normalidad, yo ya lo hice y espero los frutos. Tu trabajo es tuyo como el mío lo fue mío, si no te has cuestionado esta sociedad fábrica de locos, puede que algún día la sociedad te cuestione a tí, quizá ese día vengas a vernos, como loco, como igual, como amigo, aunque yo no esperaría tanto.

Al final, el rap se me ha metido dentro, a pesar de todo. Todo es fusión compleja, en detrimento del purismo. Interesantes tiempos, estos que nos toca vivir.

Embrión de radio

Después de acabar, por el momento, con el fantasma de la psicosis, y decirle al del delirio "espérate un rato que estoy ocupada", corro el riesgo de paralizarme, de repetirme, de sentirme incompleta solo con mi conciencia habitual, sin rupturas del pacto de ficcionalidad, sin psiquiatras que eludir ni medicación contra la que rebelarme, pero con una insistencia profunda y cabezona en posicionarme del lado de los locos, porque todo el tema de la locura, lo que sea que sea, ya es parte de mi, y como dice un buen amigo, el que tuvo retuvo. Vamos, que no sé si estoy loca ni rábano que me importa, pero sí harta de que se mezclen las churras con las témporas, de que se use la locura como insulto, desprecio, o disculpa para impertinencias varias. De que se le llame loco al violento y violento al loco. De que los autodenominados cuerdos lo flipen en su delirio prepotente, sin acabar de tomar conciencia de su falta de conciencia. Quiero jugar con la palabra loco y devolverla como pelota que rebota, quiero darle la vuelta como ser en el mundo en un mundo al revés.

Parece que queremos ser felices, con delirios o sin ellos. Es de locos aspirar a serlo, es de locos acercarse a serlo, y es de locos juntarse para hacer una radio de locos.

Así que quiero juntarme con más gente loca y hacer una radio. Inspirada y hermanada con Radio Nikosia, con un toque idiosincrásico imposible de eludir para amigos lacanianos. En A Coruña, junto al mar, rodeados de viento y modernos aquelarres, que para algo dicen que si las meigas y tal y cual, pues que nos aprovechen, conjuros a tutiplé contra los malos humos,las malas caras, los malos días, las palabras envenenadas, las noticias falseadas, los intereses creados, el estigma, el autoestigma, las pesadillas, las agresiones, las discriminaciones, la soledad, y todo lo que se atreva a molestarnos.

Y fiestas de carnaval para todo lo celebrable, que no lo cerebrable.

Sugerencias, adhesiones, deserciones, y cualquier comentario, por favor en "comentarios", aquí debajo de la entrada. Se irá actualizando información.

jueves, 24 de febrero de 2011

Pasos atrás ni para coger impulso

Absurdo sería volver a tener brotes psicóticos sabiendo cómo evitarlos, o cómo reconducirlos si amenazan con volver. No me gusta el refrán que dice que el hombre siempre tropieza con la misma piedra,¿será porque soy una mujer? Es broma, pero no me gusta porque no me lo acabo de creer, es un refrán determinista, como ciertas teorías biologicistas sobre las llamadas enfermedades mentales.

Me acuerdo de una entrevista al psiquiatra Guillermo Rendueles, donde contaba que, tras la reforma psiquiátrica, desapareció casi completamente la categoría diagnóstica "esquizofrenia catatónica", puesto que se hayaba directamente vinculada con la situación manicomial. Desaparecido el encierro perpetuo, desaparecida la catatonia que provocaba tal encierro.

Entonces, si no perdemos el hilo de estos jugosos hechos históricos, podríamos seguir tirando de la madeja hasta encontrar múltiples paralelismos. Por ejemplo la cronicidad vinculada al uso prolongado y excesivo de la medicación, así como al conocido efecto llamado profecía autocumplida. Las pastillas antipsicóticas, por poner un ejemplo, poseen, al menos, un efecto placebo consistente en desterrar el "miedo a la psicosis", pero basado en un silogismo tramposo, que paso a explicar inmediatamente:

- Experimento una psicosis
- Me dan pastillas y dejo de experimentarla
- Si sigo tomando las pastillas no la experimentaré
- Ergo si no las tomo volveré a experimentarla

¿donde está la trampa? En que no se considera ningún otro factor diferente al vínculo psicosis-pastillas. Contado así, y sin detenernos en ninguna otra consideración, el silogismo cuela y Oh la la lá! parece que la explicación biologicista triunfa para asombro ojiplático de propios y extraños. Pero los lectores avispados, entrenados en el arte de leer con atención, habrán de fijarse en un detalle: no se menciona la causa de la psicosis.

Siguiendo con el razonamiento trampa, podría pensarse que la causa es la ausencia previa de pastillas, de lo que se derivaría una farmacologización absoluta de toda la población, sin distinción de sexo, edad, origen...como medida preventiva. Esta medida drástica, con la que la industria farmacéutica estaría encantada, afectaría a los propios empleados de tal industria, a los políticos, a los psiquiatras, a los fontaneros, a los niños, a las niñas, a las mamás, papás.... bueno, ¿qué hay de malo en confiar en la ciencia? ¿qué hay de malo en prevenir?¿qué hay de malo en admitir que, en ausencia de pastillas, todos estamos en riesgo de experimentar una psicosis, puesto que la ausencia de pastillas puede producirla?

Si esta medida, que supone tomarnos a todos por "psicóticos" potenciales, parece bastante impopular, es porque nadie quiere verse a si mismo como "psicótico" potencial, y porque nadie se cree, en el fondo, que la ausencia de pastillas cause psicosis...a todo el mundo.

Hasta aquí bien, hemos conseguido desmontar la última parte del silogismo, esa que decía "Ergo si no las tomo, experimentaré psicosis", al menos en lo que se refiere a la población autoconsiderada "free psicosis". Pero ¿qué hay del sujeto que YA ha experimentado psicosis? ¿No está determinado biológicamente para volver a experimentarla? Experimentar psicosis es un hecho que, en principio, no informa sobre la causa. Los mejores psiquiatras del mundo siguen, a día de hoy, buscando el santo grial de la causa biológica concluyente y definitiva. Tampoco informa, experimentar psicosis, sobre la evolución. Y sobre todo, tenemos que considerar algo que "suele" pasarse por alto: el individuo que experimenta psicosis conoce también la experiencia de no experimentarla.

La psicosis, como experiencia, es un estado más relativo que absoluto, más fluctuante que fijo, más temporal que crónico, más subjetivo que objetivo. Tan escurridizo a la comprensión y gestión que puede manejarse casi a voluntad, conceptualmente hablando: como herencia (un poco extraña, tan fluctuante y subjetiva), como enfermedad clásica (sin mediciones biométricas a las que agarrarse para determinar esta sí, esta no), como enfermedad crónica(la profecía autocumplida, método de rigor científico donde los haya, funciona bárbaro para vender pastis, pero no sé cómo luce cuando nos ponemos serios, y creo que ya va tocando). Había más consideraciones conceptuales, sociológicas, políticas, religiosas (imprevisibles,incapacitados, endemoniados...), poéticas también, psicológicas, culturales,identitarias...es que el tema no se acaba nunca, es una mina.

Decía también Rendueles en la entrevista que actualmente los profesionales se mueven en un continuum entre dos posturas extremas en la gestión del binomio psicosis-medicación: La postura paternalista (heredera de la manicomial) que consiste en medicar de forma crónica por si acaso, y la postura libertaria, que consiste en arriesgarse sin la medicación, y a ver qué pasa. La postura libertaria es actualmente tan minoritaria que es casi un acto de insumisión adentrarse por ella. Pero un acto de insumisión gratificante como reto y como postura ante uno mismo, además de una herramienta de activismo desde el momento en que la otra postura pretende reforzar posiciones a la brava, con propuestas legislativas que pretenden la medicación con carácter represivo y por orden judicial, pues no se me ocurre ningún uso terapéutico para una medicación forzosa, que es de lo que se habla cuando se habla del TAI (tratamiento ambulatorio involuntario). En el ranking de nominados al TAI figuraban los ciudadanos "enfermos mentales" de Alicante, Cataluña, y ahora, en primicia, también los de Navarra (que me corrijan los nikosianos si me equivoco).

Sobra decir que no tengo nada en contra de las personas que, con sus razones propias y legítimas, y con toda la información disponible en su haber, eligen medicarse de forma crónica. Pero que estas personas elijan ese camino no justifica en modo alguno que se obligue a nadie a seguirlo, y mucho menos que se pretenda vender como "lo mejor para familiares y afectados, para evitar hospitalizaciones, recaídas, y para garantizar que estas personas reciban el tratamiento adecuado". Hasta he oído llamarle al TAI un derecho fundamental a la asistencia médica, lo juro.

Así que vamos a hablar de derecho, resumiendo mucho:

- El derecho a la salud, que nunca puede confundirse, por más carambolas lingüísticas que se hagan, con medidas coercitivas. En salud mental, una medida coercitiva no cura absolutamente nada. (y en cuanto a las otras, pues depende)
- El derecho a la elección de tratamiento, que incluye el derecho a rechazar el tratamiento.
- El derecho a la integridad (física y mental)
- El derecho a la igualdad (pacientes psiquiátricos iguales a pacientes no.psiquiátricos)
- El derecho a la no-discriminación (más de lo mismo)

Textos jurídicos de apoyo, para ampliar información:

- Constitución Española, 1978 (al loro, porque recientemente han declarado inconstitucionales ciertos artículos que regulaban las garantías judiciales en procesos de incapacitación. Más información en el blog "Foro andaluz de bienestar mental)

- Declaración de Helsinki, 2005
- Convención Europea Discapacidad, 2008


En el continuum que va de la postura manicomial a la libertaria, pasos atrás ni para coger impulo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Esquizodidáctica (ejercico práctico)

Paso 1: Visionado del video:





Paso 2: Redacción: "Este fotoshop es una mierda. El mío de serie es mucho mejor"
Paso 3: Propuesta para debate: "¿Loca yo? Mucha envidia es lo que hay"
Paso 4: Adjuntar bibliografía




Criterios de evaluación: Se valorarán conocimientos de informática, psicofarmacología, cocina mediterránea, ioga y macramé para la nota final. Junio está a la vuelta de la esquina, queridos alumnos, no se me duerman en los laureles que nos conocemos.

Paul's Dance



Quedaos un ratito a ver el vídeo, seguro que os pone de buen humor ver con qué poco puede uno pasárselo bien. Atención a la comunicación entre los músicos, decidme si no os entran ganas de ser así de serios, y así de buenos llamándose Penguin Café Orquestra.

Espero que os guste.

martes, 22 de febrero de 2011

ALTA (médica) MENTE

Con la consideración de determinados trastornos como crónicos, se niega el derecho al alta médica cuando se está bien. Creo que Arhinld Lauveng, si no me equivoco, hablaba de lo mismo en una entrevista que le hicieron cuando vino por estas tierras.

Crear categorías médicas de discutible rigor científico, al menos en lo que se refiere a pronóstico, cronicidad y gravedad, crea a su vez situaciones médico-legales bastante absurdas, en las que, resumiendo, parece que el alta es imposible. Y conste que ni siquiera me estoy refiriendo a altas definitivas, pero sí da la impresión de que un episodio psicótico o delirante tendrá un bautismo médico con el prefijo esquizo- (esquizoafectivo, esquizofrenia, esquizotipia...), y a su vez tendrá unas perspectivas muy negativas en lo que se refiere a la consideración de un alta médica, y no me refiero al alta hospitalaria, sino a desetiquetar hasta que se demuestre lo contrario.

De todas formas, aunque intuyo que es así, me encantaría que algunos de vosotros, que estais bien informados por vuestra actividad profesional, me sacaseis de dudas. Que explicaseis en qué se basa la diferencia entre tener una crisis de ansiedad, superarla y obtener un alta, y tener una crisis psicótica, superarla y no obtener el mismo o resultado a nivel médico-legal-administrativo o como se llame.

Agradecería mucho cualquier explicación, para ir familiarizándome con los argumentos

Virgen Santa, qué cosas.

Virgen Santa Castro Maceiras emprendió un extraño viaje el 17 de julio del año pasado. Sería de rigor decir que no fue del todo ella, sino un trocito de su persona, el que hizo las maletas y marchó delante de sus narices, una conciencia rara y rebelde le dijo hasta luego ya volveré pero ven conmigo, requerimiento que Virgen Santa no quiso o no supo rechazar.
Lo que a Virgen le maravillaba era no salir del barrio, acompañar a su conciencia decidida por las calles tantas veces transitadas, por los mismos parques y avenidas y tiendas de chuches, sin dejar de sentir que estaba más lejos que nunca de casa. La conciencia viajera de Virgen hacía las veces de guía y escenógrafa, le marcaba el paso y se lo iluminaba todo con la luz adecuada a cada escena, también las otras personas tenían su propia luz, mesas de mezcla de sonido y ayudantes de dirección.
Era divertido y más raro que un perro verde.
Un día volvieron, y ya está.

martes, 15 de febrero de 2011

History of Now

El título lo robo del disco que escucho mientras escribo, de Asian Dub Foundation. Mis pobres conocimientos de inglés alcanzan para traducir el título, los vuestros también, seguro.

Historia del Ahora, toma ya. Historias hay muchas, y ya en la universidad se acostumbraron a tenerlo en cuenta. Historia de tal período cronológico, Historia de tal zona geográfica, Historia de tal pueblo, Historia de tal movimiento político...y así hasta el infinito. Lo que viene siendo en mayúsculas. (los cuentos y relatos puntúan aparte en los historicismos varios). La historia siempre la escriben los vencedores, se dice. Si se quiere saber algo de todos los demás, viene bien el libro de Eduardo Galeano, "Espejos" (cuidado, puede herir, y mucho).

¿Quienes éramos nosotros en la Historia?, o dicho de otro modo, ¿en qué historia estábamos? ¿en cuál estamos ahora? ¿quiénes, los esquizos? ¿los delirantes? ¿los que sueñan despiertos? ¿los místicos? ¿los endemonmiados? ¿los herejes? ¿los brujos? ¿los sabios? ¿los artistas? ¿los locos?

Historia de la mística
Historia de la herejía
Historia de la brujería
Historia de la filosofía
Historia del arte
Historia de la locura
Historia de la psiquiatría
Historia de la antropología
Historia de la psicología

...pues por ahí algo encontraremos, sin acabar de encontrarnos del todo.

Historia del Ahora, mucho más interesante, dónde va a parar... Historiar el ahora tiene sus dificultades, la más común es la falta de perspectiva...histórica. Podemos prescindir de ella, en un arranque de chulería post-académica, en un volar más allá de la fijación con el pasado que aqueja a tantas tierras, incluida esta que pisamos mucho y trabajamos menos. Soltado ya el lastre, volvemos a la cuestión.

¿Qué pasa AHORA? Pasa de todo, que la vida son dos días y hay que aprovecharlos. Pasa de todo, y no todo es bueno ni bonito ni barato. Como constanteaspirante a la salud mental, me voy fijando en una serie de acontecimientos en relación a este interminable tema de conversación.

Veo fijaciones con el pasado en cuanto levanto una piedra, me llegan noticias de agresiones, coerciones, inmovilizaciones, electrocutaciones. Si saco la víctima que llevo dentro me llegan hasta recuerdos, pero por AHORA, paso. Ahora se sigue asociando loco-violento, que es como asociar vasco-etarra o mujer-tonta,la proporción de correspondencia con la realidad es similar en todos los casos, alguno o alguna siempre hay (pues no sé, ¿un 1%? ¿algo menos, quizá?) Ahora tenemos leyes discriminatorias hacia las personas agraciadas con según qué etiquetas, leyes que dificultan el acceso al empleo, que justifican medidas represivas y que se perpetúan a sí mismas con la inestimable ayuda de los medios de desinformación. Ahora tenemos teorías biologicistas similares a las que pretenden justificar la discriminación por razones fisiológicas (estos teóricos gustan de llamar raciales a este tipo de diferencias)o quizá, mucho más elegante, "plásticas" (color, forma, estructura, simetría...)

Ahora también tenemos novedades. El trabajo de las asociaciones de usuarios de salud mental, la incipiente colaboración de estos usuarios con los profesionales sanitarios en plano de igualdad (qué bárbaro, qué subversivo, qué peligroso), el trabajo de escritores, psicólogos, cienastas, psiquiatras, científicos, blogueros, abogados, fiscales... empeñados en construir la historia del AHORA sobre la base de un concepto de persona que se merece el mejor de los mundos posibles, y buena parte de los imposibles. Se lo merece porque se lo inventa y se lo pelea contra todo pronóstico histórico. Ahora tenemos redes de apoyo e intercambio de información. Si alguien se queja, enseguida se le escucha, si alguien protesta, enseguida se le apoya, y si alguien permanece obstinado en métodos rancios, enseguida se sabe, y se le hace saber de las bondades higiénicas de la ventilación mental.

Ahora bien, ¿cómo puede ser que convivan realidades tan alejadas en un mismo espaciotiempo? Si uno es usuario de servicios públicos sanitarios, ¿cómo acertar en la elección? ¿hay elección? ¿es el azar el único criterio de selección de experiencias psiquiátricas? No tengo respuestas a estas preguntas, pero si un chiste muy viejo:

En un despacho de lotería:
- ¿qué número quiere?
- ¡el que toque!
(Traducción simultánea de mi buena amiga M.: "Depende de con quién des")

Seguro que hay otra forma de saberlo. Se aceptan mapas del tesoro.

lunes, 14 de febrero de 2011

A Dosky, con todo mi cariño.

Busco música especial para escuchar ahora mismo, mientras escribo,y encuentro "Silent movies", de Marc Ribot. Dejo el título de la entrada para el final, ya saldrá algo. Conservo todavía algún nudo de emoción de la última peli que lo consiguió, y no traigo nada para comer porque no tengo hambre. Intentaré fumar poco y escribir poco también. Me refería a escribir despacio, pero me cuesta.

Acabo de leer la última entrada de El rincón de las palabras, y me queda una mezcla de miedo y esperanza. Miedo por lo de siempre, por lo de siempre, por lo de siempre...da miedo. No me tengo miedo a mí, ya no, pero sí a "ellos", los del relato de Dosky (leedlo, por favor, se llama "Ingreso(In)-Voluntario", y está inspirado en hechos cotidianamente reales) Pienso que no quiero estigmatizar en bloque a ningún colectivo profesional, no es justo, no es inteligente, no es serio. No lo hago, no me lo permito, pero historias como la de Dosky me llenan el corazón de rabia.

Como si Marc Ribot pudiera escucharme como yo a él, comienza un guitarreo errante, doliente, extraño. Dejo de escribir y escucho. Tengo sed. Me voy a perder un tema mientras voy a la cocina. No importa, no tengo prisa. Mientras el agua cae desde la jarra al vaso me siento en calma, al volver ya no tengo miedo, sólo ganas de fumar.

La música y yo hace ya rato que hablamos, a solas, aunque ahora estés tú, o vosotros, conmigo. Qué bien estar acompañada, gracias. Fue una buena idea crear este blog, en serio que lo fue. No podía imaginarme al principio la de fuerza que me iba a dar, que me sigue dando. Tenía mucha razón el último psiquiatra de Dosky, no se puede privar a nadie de la dignidad de la comunicación, somos tan poca cosa sin ella.

Así que al final vamos a hablar de la comunicación, parece que esta noche me lleva por ahí. ¿Cuántos ingresos, voluntarios o no, evitaría? A mí, desde luego, me ha evitado unos cuantos, me voy a quedar sin saber el número, y qué bien no saber de números. Qué bien haber olvidado el sabor de las pastillas, cuánto lo siento por la industria farmacéutica, cuánto más quiero sentirlo.

¿Crees que más gente podría controlarlo como tú, sin medicación?, me preguntaste el domingo. Es una pregunta compleja, con muchas respuestas complejas. Por ejemplo ¿cuánta gente lo hace ya?, mucho me temo que no interesan en absoluto estudios sobre esta cuestión, también tengo mis dudas sobre la disposición voluntaria a participar en ellos. Otra respuesta ¿cuánta gente estaría dispuesta a arriesgarse por una senda tan poco transitada? ¿tan llena de maleza y bichería agazapada entre las conciencias?Otra respuesta es no lo sé. Otra respuesta es quién soy yo para saberlo.

Sobre mí puedo hacer y deshacer, de momento mando yo en mis pensamientos. Capitanear este barco es mi tarea existencial, mi responsabilidad. Elegir un verbo para contarlo implica acción, implica conjugarlo también, contigo, con vosotros, con quien haga falta y esté por la labor, por el viaje, por el mar llenando la boca y el pelo de sal, por las tormentas si las hubiese.

Todavía no he encontrado las causas de tal peculiar tarea, o encuentro tantas y tan diferentes que no me atrevo a destacar ninguna. Pero le llevo ventaja a los científicos, porque tengo mi información y la suya, además de la voluntad y la rabia de resistir sin ceder a sus creencias, tan erráticas, o más, que las mías al respecto. Ellos tienen teorías y poder, yo tengo refutaciones, experiencia y confianza.

Banda sonora para esta guerra, Ultime Cosmos, seguimos con Marc Ribot. Esta guerra es dialéctica y juguetona, puedo hacerme amiga de mis contrincantes, de todos los que compartan el mismo espíritu deportivo. Podemos jugar partidos amistosos, y salir luego de farra, o podemos hacer un solo equipo y jugar juntos. Estaría bien, está bien, pero esto no ha hecho más que empezar, y todos los Doskys del mundo tienen que poder escribir donde les de la gana y vestidos como les de la gana, sin demora, hay prisa, para eso sí.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Técnicas de estudio (II)

Es importante el ambiente de estudio, así como los propósitos, el ritmo y los descansos.

En un ambiente limpio y poco contaminado intelectualmente, las ideas fluyen con suavidad, se retroalimentan en el sentido que van cobrando, se encabalgan y encajan hasta formar sistemas, se comparten con ilusión y libertad, se comparten para retroalimentarse y crecer con las ideas de los otros, aunque sean muy diferentes o incluso opuestas. Se ven como parte de un todo solidario destinado a hacer crecer ilimitadamente el Saber con mayúsculas, y este, a su vez, se pone al servicio de las personas para su uso, disfrute y mejora de la vida, sea su contenido cultural, médico, tecnológico, político...etc.

Cuando el ambiente está enrarecido, y emponzoñado por intereses que se resumen en la expresión "todo por la pasta", la fluidez se acartona, las ideas se connotan como convenientes o, por el contrario, disidentes, y se establece una jerarquía entre ellas, que pasan a competir de forma nada igualitaria. Esta falta de igualdad se materializa con la ayuda de los prejuicios, que consisten en simplificaciones-trampa de las ideas del grupo "disidentes".

Los propósitos del estudio pueden ser muchos. El más elevado, y es una opinión personal, es aquel que busca el mayor beneficio para el mayor número de personas, basado en la idea de la persona como ser abierto, complejo e interdependiente, capaz de acertar, de equivocarse, de rectificar, de aprender, etc...

Cuando el propósito no es ese, sino otro más limitado e interesado socioeconómicamente, el estudio puede ser un encargo al servicio de esos mismos intereses, con lo cual su validez no será tan universal, ni tan benéfica excepto para ese grupo en concreto.

En una sociedad abundante en grupos de interés socioeconómico, y con un reparto del poder de estos grupos abiertamente desigual, el propósito más elevado puede colisionar estrepitosamente con estos grupos, y pasar a ser considerado algo irrelevante, cuando no pernicioso o inconveniente. Puede suceder que al estudio guiado por elevados propósitos se le silencie, se le ataque, se le combata con herramientas dialécticas de destrucción masiva.

Cuando el propósito es únicamente combatir a los grupos de más poder, de forma estratégica, las ideas se ponen al servicio de esta causa, y no del saber en general. Estamos hablando de ideología, cuando un conjunto de ideas funcionan, en bloque, como arma política, dejando de lado casi cualquier otra consideración en relación al conocimiento per se. La ideología simplifica mucho las técnicas de estudio, con un poco de memoria es suficiente. La ideología está por todas partes, en todas las profesiones.

El ritmo es muy personal, y conviene que sea constante, no a trompicones, aunque cada cual lo lleva como puede. Y el descanso es buenísimo para la salud.
Buenas noches.

Técnicas de estudio

A mí me enseñaron a estudiar con orden y estructura, pero sobre todo me enseñaron a pensar con criterios sólidos, que implica desmontar criterios falsos de argumentación tramposa. Los criterios se desmontan leyendo la letra pequeña y contrastando diversas fuentes de información sobre el mismo tema. Y lo más importante, descubrir los juicios de valor que pretenden hacerse pasar por argumentos objetivos. Estos juicios se esconden, se agazapan, en los adjetivos, ahí está, casi siempre, la madre del cordero.
Si uno consulta, en diferentes fuentes, diversas definiciones psiquiátricas, los adjetivos nos saldrán al paso haciendo la ola, son embajadores y protagonistas de estas definiciones. Son valorativos porque están preñados de subjetividad, (típica herramienta de las ciencias exactas ¿no? NO!). Son valorativos porque cada persona que los escucha los llena desde su experiencia subjetiva.

Ejemplos:

"normal" (¿a qué norma exactamente se refieren, a las de tráfico?),
"adecuado" (¿a qué o para qué?),
"desviado" (¿de dónde?¿hacia dónde?),
"extraño" (¿para quién?),
"excesivo"¿comparado con qué?)

Y un largo etcétera, haced la prueba en el DSM, por ejemplo. O con las definiciones de la OMS de nuestras queridas enfermedades mentales. Yo solo sé que no sé nada, pero me fijo.

sábado, 5 de febrero de 2011

Una de indios

Esta tarde he visto una interesante película, Exils, de Tony Gatlif, del 2004.

Como en otra película suya, Transilvania, más reciente, este autor interesadísimo en , entre otras cosas, la cultura gitana, presenta una serie de constantes en sus pelis. Y esas constantes nos interesan porque, a la vez que reivindican manifestaciones culturales diferentes a las europeas stándar (racionalismo capitalista, les llamaría yo a estas últimas), tratan muy a menudo la gestión del dolor psíquico.
Frente a la medicalización de todo sufrimiento psíquico, con su protocolo de profesionales, pastillas y demás efectos secundarios, Gatlif propone, como alternativa, el viaje, físico y geográfico, pero también iniciático. Cuando entro en una de sus pelis, siempre tengo la sensación, a medida que los personajes se sueltan, lejos de sus rutinas, de que tienen trabajo atrasado, demasiados corsés mentales y culturales que se abren o desgarran con mayor o menor furia, pero siempre como necesidad. En medio de esa necesidad, el dolor se aúlla, o se canta, o se baila en medio de chamanes (sean gitanos, musulmanes, músicos o cualquier fantasiosa categoría que se nos ocurra). Se presentan ante el espectador verdaderos ritos purificadores, lavativos, purgantes, con una dimensión humana difícil de reducir a lo meramente religioso. Antiguos en tradición, pero también contemporáneos en manifestación y aplicaciones. Religiosos algunos, pero también humanos y paganos. Es como si la religión en la que se enmarcan fuese mera disculpa, mero continente o ámbito familiar para dar rienda suelta a todo el trabajo pendiente, sea trauma, desamor, incertidumbre, toda fuente de sufrimiento es susceptible de sacudirse, removerse y rehacerse a ritmo de tambores, palmas,cantos,carreteras vacías o llenas de vendedores ambulantes.

El viaje del recuerdo, como le llama uno de los personajes, es del recuerdo familiar hacia un país al que se va a buscar raíces, pero también habla del recuerdo de lo que éramos antes del dolor, de lo que todavía podemos ser después de él.

La canción final no tiene pérdida: "canto mi dolor para rehacerte, para protegerte".

Películas de Tony Gatlif:
- Transilvania
- Exils
- Vengo

viernes, 4 de febrero de 2011

Terapia política

http://blogs.publico.es/fueradelugar/238/la-sensibilidad-es-hoy-el-campo-de-batalla-politico


Bueno, este enlace arriba expuesto, entrevista a un filósofo y activista italiano, resalta una idea que me resulta cuando menos sugerente, además de útil. Se trata de la consideración del activismo en su dimensión terapéutica. Cuando un sistema causa tanto sufrimiento psíquico (estrés laboral, desarraigo, incapacidad horaria para mantener vínculos o establecerlos, angustia ante la precariedad, suicidios por pérdidas de empleo, fomento de la competitividad salvaje frente a la solidaridad...y un largo etcétera), rebelarse colectivamente contra él tiene un efecto catártico, o, cuando menos terapéutico en mayor o menor escala.

Si tus delirios consisten en adelantarte al otro mundo posible que deseas para ti y para los otros, es difícil establecer donde acaba la realidad y empieza la ficción, o dónde pones la línea de locura en medio de la tan poco saludable cordura que nos rodea, si por cordura entendemos ser como la mayoría, igual de calladitos y resignaditos ante la idea de normalidad que propone el sistema capitalista-consumista-neoliberal: achantar y hacerse a la idea de que todo puede ir a peor, agarrarte a tu clavo ardiendo y conservar lo poco que queda del estado de bienestar y de la democracia, hasta la siguiente sacudida.

Evidentemente, si eres optimista estás como una cabra. Si te enfrentas cada día a versiones oficiales cada día más cínicas y tramposas, y lo haces apoyándote no en lo que había, sino en lo que parece que empieza a haber, acabarás por no saber quién es el loco, si tú por idealista o los demás por suicidas. Todo se complica, en una crisis general que va mucho más allá de lo financiero o lo político. Si por crisis entendemos cambio, este es de los gordos. Quien se mantenga como un palo rígido, puede romper de forma irremediable, quien se doble del todo puede tener problemas para levantarse. Y quien decida ser junco y dejarse bambolear, para ganar tiempo, será tachado de inestable, de dividido, de bipolar, de esquizofrénico.

De momento está muy mal visto vivir a caballo entre la realidad y la ficción, pese a que nuestros gobernantes lo fomentan a diario para su propio interés. Diariamente confunden el lenguaje para que ya nadie hable de lo mismo aunque use las mismas palabras en la misma lengua. Entre una conciencia que sobrevive a la brava, y a la mala, y otra que quiere vivir mejor que nunca, o al menos mejor que siempre,es difícil no bambolearse, no dudar, no dejarse llevar por crisis internas de credibilidad, confianza, creatividad. Es difícil no entrar en conflicto con las conciencias circundantes, en la misma o parecida encrucijada.

Las conciencias "esquizo" podrían jugar con ventaja, una vez inmunizadas contra la psicosis, que no es sino el triunfo dictatorial de una pequeña parte de todo lo que somos capaces de pensar e imaginar. El bienestar psíquico que sobreviene a una crisis bien gestionada es, también, un triunfo político. Siendo capaces de cambiarnos a nosotros mismos para mejor, de perdernos el miedo, estaremos en mejores condiciones de comprender e incluso intervenir en el afuera, como metáfora de nosotros mismos, no en vano las fantasías de autorreferencialidad no son sino gran metáfora de la forma en que el mundo nos afecta y nos acepta, y esta autorreferencialidad puede sobrevenir de múltiples formas, persecutoria y/o culpable, pero también empática y/o esperanzadora. En cualquier caso, pensar sobre ella sin dejarse llevar por ella constituye un material filosófico de primer orden sobre la condición humana, tan humana.

Estos días pienso mucho en las personas que en Egipto se manifiestan cada día desde hace diez. No es fácil concebir una autorreferencialidad colectiva tan enorme como esta a la que voluntariamente se han lanzado, la presión de estar, literalmente, en el centro del mundo, en la encrucijada de todos los intereses, y no solo geopolíticos, también se están jugando las ideas, las perspectivas de modelos nuevos, las esperanzas de otros tantos millones de personas en otras partes del mundo. Todos miramos a Egipto, a los egipcios, con esperanza, temor por su suerte incierta, desconcierto, admiración, otros con fastidio, o más temor, o quién sabe.

Terapia política, también.