lunes, 22 de noviembre de 2010

De la psicosis

Hace tiempo que no hablo de la psicosis, últimamente me centro más en el delirio, mucho más agradable, dónde va a parar. Me parecen dos caras de la misma moneda, no dejan de ser elecciones, extremas quizá, de la interpretación de la realidad.

¿Bases bioquímicas? Consecuencias, diría yo. Si cualquiera de nosotros estuviese en la circunstancia real que recrea la psicosis, con seguridad nuestro cerebro nos brindase todo un cóctel de sustancias, capaces de provocar shocks, alucinaciones, depresiones o extrañas euforias y estados de máxima alerta también conocidos como adrenalina.

Así que la mente psicótica, por una serie de circunstancias existenciales, elige transitar el lado oscuro, viajar al corazón de todos los miedos y mudarse a esas tierras interpretativas. Cuando hablo de elección, no puedo hablar de elección del todo consciente, pero sí considero importante no perder de vista este detallle, puesto que va a servir para tomar conciencia y prevenir.

Como dije muchas veces, la primera experiencia psicótica es la peor, la más extrema, peligrosa y desconcertante, puesto que llega de sorpresa y sin conocimiento previo alguno. Esas primeras veces son las que entrañan más riesgo de suicidio. He podido comprobar, hablando con amigos que han pasado por ello,incluyéndome a mi misma, cómo después de la primera vez puede haber recaídas, y cómo esas recaídas, aunque graves, lo son mucho menos que la primera.

Ayuda mucho la memoria y la voluntad de usarla. Memoria para "reconocer" ese estado mental, voluntad para usar esa memoria a nuestro favor. Si la otra vez "no era cierto", ahora tampoco. Si la otra vez salí, ahora también.

Es imprescindible, y doloroso que no haya forma de garantizarlo, el apoyo firme y sincero de las personas queridas. Este apoyo tendría que pasar por un gran conocimiento de lo que es una experiencia o crisis psicótica, y este conocimiento es difícil de alcanzar por varias razones:

- ausencia de experiencia en primera persona.
- ausencia, o escasez, de información narrativa, no biologicista.
- presencia de tabú, muchas veces el tabú viene de la "vergüenza" de reconocer haberse ido de la realidad, o del sentimiento de culpa de haber hecho sufrir a esas personas queridas.

Por eso vuelvo a la memoria. Cuando se ha pasado una crisis psicótica, la información que recuerda el cerebro es muy dolorosa, y la tendencia más frecuente, y altamente comprensible, es olvidarla. Siempre se puede dejar en barbecho una temporada, cuya duración dependerá de la capacidad de gestión emocional de cada uno.
Sin embargo, y lo digo por experiencia, la posibilidad de "contar", "de narrar con distancia" es enormemente preventiva, y por tanto, terapéutica.

Aunque pudiera parecer imposible hacerse entender, cuando se prueba se descubre que no es una tarea tan titánica. He conocido a mucha gente que, al contar cómo me había sentido, en algún momento del relato encontraban un punto en común. "A mi me pasó algo parecido con los porros", o también "cuando murió x estuve perdidísimo, tenía miedos extrañísimos, casi como alucinaciones". Son solo dos ejemplos de espectro psicótico de baja intensidad, pero suficiente para abrir caminos en la comprensión.
La comprensión crea lazos de confianza, y es, en sí misma, el principio de una red de autoapoyo. Cuando consigues que alguien te entienda, ese entendimiento redunda en nuestra relación particular, pero también en la relación de esa persona con otras. Esa persona te ayuda con su escucha y comprensión, y tu le ayudas también,con información que puede servirle para comprender más adelante casos similares.

También se ayuda sentando precedente, muchas veces contarle a alguien tus "viajes" puede ser el punto de partida para que te cuente los suyos, para salir de su incomunicación en relación a ese aspecto. Por ahí también me he llevado sorpresas.

Es cierto que no hay estadísticas de éxito con este "método", tampoco de fracaso. La "investigación" es informal y extraacadémica, tampoco tiene plazos ni grupos control. La mueve la amistad, la voluntad de comunicarse, de romper lanzas contra el tabú y contra los diagnósticos cerrados y falsamente proféticos.También hay que enfrentarse, muchas veces, con la asunción acrítica de tales diagnósticos. Mucha gente huye del diagnóstico de esquizofrenia como del diablo, por qué será. Mucha gente te discute "no, lo mío es trastorno bipolar", mientras te cuenta exactamente lo mismo por lo que has pasado tú. Entonces le dices, "da igual cómo lo llamen", el caso es que te conozcas y sepas cómo prevenirlo. Pero como no eres psiquiatra no te hacen caso, normal. Se cierran en banda y piensan que les estás vendiendo algo. Sobre todo porque una persona con este discurso y sin medicación no puede ser de fiar. Afortunadamente, esta reacción no es mayoritaria, pero aunque lo fuese, tampoco sería problema mío, en realidad. Mi intención no es tirar piedras contra la psiquiatría, sino tender puentes complementarios. Con quien lo entiende así me llevo muy bien. Con quien no lo entiende también, puesto que lo respeto y no insisto.

Cuestión más espinosa es que acepte el delirio (diferenciándolo de la psicosis, y esto sí que es un ejercicio de voluntad consciente)sin medicación ni trauma, que acepte que de vez en cuando, cada ciertos años, mi imaginación se dispara y transita interpretaciones nuevas, estados de especial sensibilidad creativa, compasiva, de relaciones sociales...son estados que muchas veces comparto en tiempo real con quien sé que puede entenderlo. Y no me va mal, las personas con las que convivo han aprendido a aceptarlo sin alarma. Saben que como viene se va, sin daños colaterales. (Esa es otra, tener que justificar casi constantemente que no me meto con nadie, que no soy violenta, ni incoherente, que ni tengo ni doy miedo)

Volviendo al "método", conmigo funciona. Cuando entro en territorio delirante, activo la visión cuántica: si estoy en universos paralelos, puedo elegir la opción menos peligrosa. Si se pasea un "aire psicótico", lo desactivo, muchas veces pido ayuda, siempre con humor: oye,creo que tengo una paranoia (...)Ah vale, gracias, estupendo, ya decía yo. Eso es la confianza, y hay que trabajarla cada día. Para mis amigos no deja de ser toda una experiencia, y soy consciente de que la procesión va por dentro, por eso intento adelantarme a sus cuidados, deshacer sus preocupaciones con argumentos, con demostraciones de autocontrol, con humor. Sólo poniéndome en su lugar puedo pedir que se pongan en el mío. Insisto, conmigo funciona.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Larga noche de lluvia

insomne y postmoderna dondequiera que me lleve. Como dice un amigo, hay dos clases de personas. Punto. Nuestro chiste preferido, empieza y termina en el escatérgoris de cada uno.

Lo de la posmodernidad es un chiste eskizo.

Debo salir del armario, me digo a veces. ¿hacia dónde? Si hay un lugar en el mundo verdaderamente democrático, es el nuevo DSM. Como decía un amigo, no se preocupen, cabemos todos.

Mi ciudad, lo estoy comprobando con los años, es el territorio más surrealista que conozco, está llena de superdotados cuyo mayor logro es hacerse los tontos. Y presumen, que es lo bonito. Tenéis que venir, es increíble. Tenemos hasta un psiquiatra que afirmó en la prensa que el aumento de brotes psicóticos puede deberse a la proliferación de ondas de los teléfonos móviles. Si esto no es poesía, paren el mundo que me bajo. En mi ciudad el delirio es un estilo de vida, devenido en arte aplicada por obra y gracia de la retranca, que es como el duende, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Cada interacción es un viaje al infinito, y nada de malos rollos, gana el que descorcha la botella de la risa. El ala de psiquiatría tiene más luz que el nirvana, y el señor de los móviles te da la mano al llegar y te dice: es un placer conocerle (embajada imaginaria). Luego te empastilla como en todas partes, pero oiga, qué distinción, qué tacto. Muchísimos años después de aquella visita, mi hermana me contó que me sacaron de allí antes de tiempo porque me conocen muy bien, y saben que estoy mejor en los bares, dónde va a parar. Bueno, así así no lo dijo, pero sucedió.

Yo con los psiquiatras tengo como síndrome de Estocolmo, lo vi en una película. Otra vez vi, en Marruecos, cómo una persona le bajaba del tripi a otra con una breve conversación. Ha sido, hasta la fecha, la mayor optimización tiempo-recursos en salud mental, que yo recuerde. Qué viaje aquel, virgen santa embarazada sin coito.

A mi me encanta viajar, pero como ando mal de pasta me veo obligada a hacerlo de forma estática, aunque viviendo donde vivo tengo de sobra. Ayer fumé una calada de María y se multiplicó por veintisiete, pero no pasó nada."¿Vosotros veis los colores más intensos? Claro". Hecho, donde podía haber problemas, sólo había amigos. Es frecuente en la amistad la comunicación telepática. Si no tienes telepatía, cuestiónate si tienes amigos, es urgente. Aunque también puede ser que seas presa de delirios hiperracionalistas, en tal caso se recomienda hacérselo mirar. Si no cabes en el DSM no eres nadie, y a vivir que son dos días. Todos pal corral.

¿Será el DSM V, en estos tiempos de crisis, el único camino verdadero hacia la renta básica? ¿Podrán los malvados poderosos sobreponerse al ingenio anarquista de la asociación americana de psiquiatría? ¿Podremos los ciudadanos manifestarnos pacíficamente a la puerta de los hospitales, pidiendo nuestro queso, nuestro pan y nuestro vino? ¿Contando fantásticos relatos de alucinadas alucinaciones? Todo esto y mucho más parió la lluvia.

Buenos días.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Tratamiento Ambulatorio Involuntario

Donde digo digo diga diego

Tratamiento: droga psiquiátrica

Ambulatorio: viaja en el maletín de un profesional de la salud mental, custodiado por las fuerzas del orden, en un recorrido que va del alijo del hospital al domicilio de la víctima

Involuntario: Obligatorio, forzoso, sin derecho a réplica, negación, defensa, cuestionamiento, alternativa o resistencia.

Delitos merecedores de tal castigo: Estar triste, estar enfadado, transitar la diversidad funcional mental, haber dicho NO A LA DROGA, desconfiar de los psiquiatras, desconfiar de la droga, ser hipersensible a los problemas del mundo, preferir las sustancias autosegregadas a las sintetizadas en laboratorio, no sentirse enfermo sino distinto, estar en paz con la diversidad y en guerra contra la psiquiatría entendida como arma de control social.


Hay personas que viven tranquilas gracias a estas drogas, es su respetabilísima decisión, gozan de todas las facilidades para acceder a ellas y se encargan de acudir voluntariamente allí donde gustosa y profesionalmente se las proporcionan.


LOS QUE NO ESTAMOS EN ESE CASO PEDIMOS RESPETO Y GARANTÍAS DE NO DISCRIMINACIÓN, NO CRIMINALIZACIÓN. EXIGIMOS IGUALDAD DE CONDICIONES EN RELACIÓN A CUALQUIER OTRO USUARIO DEL SISTEMA DE SALUD, INDEPENDIENTEMENTE DEL DIAGNÓSTICO.
A CAMBIO, OFRECEMOS FRONTERAS NUEVAS PARA LA CIENCIA QUE TODAVÍA TIENE MOTIVOS PARA NO AVERGONZARSE DE SU CONTRIBUCIÓN AL FASCISMO, Y QUE POR TANTO AVANZA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA RELACIÓN TERAPÉUTICA QUE CONSIDERA A LAS PERSONAS COMO DIGNAS Y MERECEDORAS DE DERECHOS FUNDAMENTALES,CON CAPACIDAD DE ELECCIÓN Y DE RESPONSABILIDAD, Y NO COMO OBJETOS DE EXPERIMENTACIÓN INDUSTRIAL, ACADÉMICA, ECONÓMICA,O POLÍTICA.

(me quedó solemne esta última parte, es la indignación, nunca mejor dicho)

sábado, 13 de noviembre de 2010

El imaginario del doctor Parnasso

Imprescindible y preciosa película sobre la responsabilidad del uso de la magia.

Estupenda para entrar en diversos asuntos de salud mental magistralmente guiados y acompañados.

La imaginación más fuerte dirige cada interacción entre los personajes al otro lado del espejo.

Cuento que habla de actitudes, trampas, peligros...

Cuento cuento, asombroso, envolvente, hechizante.


La película es de Terry Gillian, que de otra cosa no sé, pero de imaginación sabe un rato. Que la disfrutéis.

jueves, 11 de noviembre de 2010

GENOCIDIO=PENA DE MUERTE

Uso la palabra genocidio entendida como asesinato selectivo y colectivo de personas por MOTIVOS no penales (a ese otro genocidio institucional le llaman pena de muerte),y cuyas víctimas tienen en común un rasgo que las señala como diana, en este ÚLTIMO caso su pertenencia a un pueblo en clara situación de desventaja numérica y de acceso a los "derechos" de los que disfrutan sus "vecinos" en mayoría.
Las ¿EXPLICACIONES? territoriales, administrativas o políticas ya ni tienen cabida ante tal barbarie como no sea para las tertulias.

NO A LA PENA DE MUERTE EN NINGUNA DE SUS FORMAS

DERECHOS HUMANOS UNIVERSALES YA!

martes, 9 de noviembre de 2010

Causas orgánicas

A ver quién es el listo que encuentra causas orgánicas en el sufrimiento de estas horas para la población saharaui. Causas orgánicas para el miedo, la desesperación, la impotencia, la injusticia,para las lágrimas del hombre que pedía llorando, hoy por la tarde en CNN,intervención y protección de la ONU.
Sus lágrimas son las nuestras, y hoy todas las causas son iguales:
Derechos humanos para todos.

El mes que viene se redacta en Santiago de Compostela, en el Foro Mundial Cultura de Paz, un derecho necesario y urgente: el derecho a vivir en paz, (que para mí significa derecho a vivir sin guerra y sin miedo a la guerra)

sábado, 6 de noviembre de 2010

Fiesta

Fiesta con mi gente, unas treinta personas, humor antipolíticamente correcto, comida, bebida, buenas noticias, buen humor.

En un momento dado surge el tema, una conocida, a la que hace años que no veo, ha tenido un brote psicótico y se ha intentado suicidar. Quien me lo cuenta, que nos conoce a las dos, empieza a reflexionar, en tiempo real, sobre el tabú, el desconocimiento, la falta de información, la falta de recursos para ayudar o intentarlo, la impotencia. Le cuento que pronto voy a la ciudad donde vive ella, que la voy a llamar, que le voy a contar mi vida si hace falta para que se quede tranquila, que el intento de suicidio suele ser, en la mayoría de los casos, un tocar fondo a partir del cual urge hacerse un replanteamiento serio sobre la psicosis, su significado y las posibilidades de reenfocarla. Medicaciones aparte (útiles sin duda en picos fuertes, por mera cuestión de supervivencia), hay vida después de la psicosis, mucha vida, siempre y cuando se le pierda el miedo a base de hablar con quien también la ha pasado, alguien de tu orilla además de los profesionales (también necesarios pero de forma menos absoluta que complementaria).


La psicosis acecha, qué duda cabe. Cuanto más oscurantismo, más fracaso. Cuanta mayor apertura, mayores probabilidades de cumplir el código deontológico. La fiesta terminó y me voy a dormir, buenas noches.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Delirio normal y corriente

Hay enfermos y hay psiquiatras
hay sikiatras y pastillas
hay sectas y deconstrucciones
hay herramientas y armas

En el centro del futuro
está el corazón del mundo

Los ordenadores cuánticos, cuyo interés radica en la velocidad de cálculo, y esta a su vez en la capacidad para ser ceros o unos a voluntad en los procesos de desciframiento críptico, son un reflejo más de lo que se intuye, una nueva proyección del ser a la máquina, nunca a la inversa.

Para ser del todo y disfrutarlo hace falta ir un poco más allá de la modernidad, de las leyes de la física clásica, de la información genética entendida como inmutable, de los planteamientos del sujeto político como esencial y autónomo, hace falta trascender las divisiones estructuralistas en sistemas de oposiciones binarias y estables. También convendría un trascender de andar por casa, libre de liturgias y paraísos lejanos, libre de pensamiento mágico tipificado por los DSM. Incluso me atrevo a sugerir el aprendizaje de todo tipo de habilidades, entendidas como si fuesen la misma: nuestro (he)stado "natural".

¿Qué o quién nos lo impide?

Delirio creativo

Con cada delirio descubro intereses nuevos, y aprendo, o desarrollo, habilidades nuevas o simplemente dormidas desde hace tiempo.

El año pasado decidí creer en la gente y en su capacidad para cambiar cosas mediante la suma de muchos pequeños y aparentemente insignificantes pasos. Un grano no hace granero.. Mi grano fue empezar este blog, y aquí estamos unos meses después. Tengo que reconocer su componente adictivo, y que a veces se me cuela la vanidad o la locura en estado puro, como dirían los nikosianos.(un abrazo a todos)Pero se mueve...

Este año me está dando por la música. Ahora, cuando friego los platos, canto fado, y parece que empiezo a entonar, a cerrar las vocales, a cantar con emoción. Cuando deliro "en serio", la concentración, el arrebato como diría Zulueta, hacen más de la mitad. Pero no puedo delirar a tiempo completo porque me canso, así que la mayor parte del tiempo funciono "normal" o parecido.

Cuando noto que, desde hace varios días, el delirio se ha marchado, me pongo hasta triste, porque es como si pensase que todo lo que despertó entonces se ha vuelto a dormir. Pero no es cierto, es pereza. Pereza de encarar las mismas actividades sin esa permanente sensación vibratoria, que se parece a tener todas las células en el pico más alto de la atención.

Ayer, hablando con una amiga de esto:

- Puff, estoy cansadísima, llevaba tantos días flipando que ahora que bajé me encuentro como plof.
- Ah¿sí?, ¿muchos días?
- El último mes, más o menos. No sé si se notaba mucho.
- Bueno, algún día te noté algo, pero nada exagerado.
- Ya

Conversaciones como estas forman parte de lo que llamo "encuesta de evaluación", en la que me dedico a verme desde fuera a través de los ojos de mis amigos. El año pasado mi novio intentó una vez, al principio, convencerme para ir al médico. ¿Y a qué médico voy?, le pregunté yo, sabiendo que cualquier médico de entonces extendería la correspondiente receta cuyo contenido no me iba a tomar. No fui al médico, pero la pregunta no fue estéril en absoluto, sino que inauguró la era del fin de la psicosis, pues a partir de entonces me animé mucho más a compartir con él mis impresiones delirantes, a fin de contrastarlas con su buen criterio y su mejor cariño. También adquirí la responsabilidad de no volver a preocuparlo, y esa responsabilidad pasaba porque mis pensamientos "especiales" no fuesen un oscuro secreto, sino una peculiaridad tan comentable como cualquier otra. Menos samba e máis traballar...

Tenía tanto material acumulado sobre esta extraña forma de funcionar que cuando empecé el blog me sentí como si hubiese abierto las compuertas de una presa, como si en medio de un desierto creciese de repente la selva amazónica.Hasta llegué a ser cariñosamente reprendida por tales excesos, sobre todo horarios. No soy capaz de explicar bien el placer de que me tiren de las orejas mientras me comen a besos, ni falta que me hace.

Lo del fado va en serio, ahora tengo que aprender a cantar y sonreír al mismo tiempo, precisamente porque es fado. Creo que el flamenco viene mucho más tarde, pero "la paciencia es una virtud..¡y un sustantivo!"(Bob Esponja)

jueves, 4 de noviembre de 2010

Más música de la ciencia

Sólo existe una raza: la humana*

I. Las razas humanas no existen. La existencia de las razas humanas es una abstracción que se deriva de una falsa interpretación de pequeñas diferencias físicas, que nuestros sentidos perciben, erróneamente asociadas a diferencias "psicológicas" e interpretadas sobre la base de prejuicios seculares. Estas abstractas subdivisiones, fundadas en la idea de que los humanos constituyen grupos biológica y hereditariamente muy distintos son puras invenciones que siempre se han utilizado para clasificar arbitrariamente hombres y mujeres en "mejores" y "peores" y, de esta manera, discriminar a los últimos (siempre los más débiles), después de haberles achacado que son la clave de todos los males en todos los momentos de crisis.

II. La humanidad no está formada por grandes y pequeñas razas. Es, sin embargo y ante todo, una red de personas vinculadas. Es verdad que los seres humanos se juntan en grupos de individuos, comunidades locales, etnias, naciones y civilizaciones. Pero esto no sucede porque tengan los mismos genes sino porque comparten historias de vida, ideales y religiones, costumbres y comportamientos, formas y estilos de vida, incluso culturales. Las agrupaciones nunca son estables a partir de los DNA idénticos; al contrario, están sujetas a profundos cambios históricos: se forman, se transforman, se mezclan, se fragmentan y se disuelven con una rapidez incompatible con los tiempos exigidos por los procesos de selección genética.

-III. El concepto de raza no tiene significado biológico en la especie humana. El análisis de los DNA humanos ha demostrado que la variabilidad genética en nuestra especie --menores que las de nuestros "primos", los chimpancés, gorilas y orangutanes- está representado sobre todo por diferencias entre personas de la misma población, mientras que son menores las diferencias entre poblaciones y continentes diversos. Los genes de dos individuos de la misma población son, como promedio, ligeramente más similares entre ellos que las de aquellas personas que viven en continentes diversos. Precisamente a causa de estas reducidas diferencias entre poblaciones incluso los científicos racistas nunca definieron cuántas razas constituyen la especie humana, estableciendo unas estimaciones que oscilan entre dos y doscientas razas.


Rita Levi Montalcini,cómo no.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Delirio semiótico

La semiótica, como bien explica Umberto Eco que creo que hasta la inventó como Teoría General, es el estudio de la interpretación de los signos en su contexto social.

Los alegres delirantes jugamos con las interpretaciones, las volteamos y las superponemos en un intento constante de relacionarnos con el mundo exterior sin renunciar al propio, pues tanto uno como el otro dan para reír y llorar, y eso es lo que tiene habitar el mundo como persona "sentipensante" (bonito término de Eduardo Galeano que tuve el placer de conocer en su estupendo El libro de los abrazos)

Así que el asunto es más humanista de lo que parece, a pesar de los decadentes gruñidos de los biologicistas con orejeras.

Pero volvamos a Umberto Eco, y a una obra suya que todavía no he leído pero que sé de qué va, Obra abierta, donde se postula la interactividad de la creación artística, como un diálogo nunca del todo cerrado entre creador y espectador. Más tarde se lo replanteó un rato y escribió su complemento Los límites de la interpretación (también pendiente de leer)en el que básicamente escribe sobre los límites de la interpretación, cercando un poco la libertad interpretativa.

El tándem conceptual que propone Eco es lo que me propongo yo todos los días: interpreto libremente(ya que la recepción de la vida tiene mucho de creación artística) y pongo los límites donde empieza la psicosis, o sin llegar a ella, en los caminos por donde creo que me la podría encontrar a la vuelta de la esquina. Es un ejercicio mental duro y constante, hace falta la disciplina de un corredor de fondo y toda la ayuda externa que me atrevo a pedir y que me es generosamente concedida. Nunca se está del todo seguro de nada, es difícil decir "ya pasó, ya no hay de qué preocuparse". Pero también es cierto que se acostumbra una, y que la costumbre trae un relajante "modo piloto automático" que me impide estar constantemente al borde del ataque de nervios, dicho jocosamente para quitarle hierro a algo que, siendo mera pregunta, esconde siglos de perplejidad, por decir algo.

La mía es, desde hace casi una década, una apuesta psico-bio-social(saludos, Antonio), también sexual, cultural, artística, gastronómica, familiar, y un largo etcétera. Si no pareciera un eslogan, diría que otra forma de "pasar" la ¿esquizoqué? es posible, si no pareciera un mal chiste, diría que tengo evidencias y testigos. Pero lo más importante e imprescindible es la amistad en todas sus variantes.